Testimonios

Qué se siente... hacer una escena de sexo con Amparo Grisales

Por: Félix Antequera

Amparo llegó, se quitó la ropa y se metió debajo de las sábanas, luego lo hice yo. Nos dimos un abrazo e improvisamos con el director presente antes de grabarla. La atmósfera era tan especial y armoniosa que, para mi desgracia, la resolvimos en solo dos tomas.

Cuando salió al aire Las muñecas de la mafia sentí la verdad del mito de Amparo Grisales. Los tipos me felicitaban y hasta suspiraban como adolescentes mientras palmeaban mi espalda diciendo: “¡Quién estuviera en tu lugar!”. “¡Huy, hermano, cuente!, ¿sí está tan buena Amparito como se ve en la tele?”.

 Había oído decir que era majadera, terca y peleona; que había tenido con alguno de sus contrapartes masculinos relaciones nefastas; entonces los días previos a las grabaciones, y todavía sin conocerla personalmente, parte de mi preparación fue de tipo psicológico. Pero, ¡oh!, sorpresa, el primer día se presentó de una manera alegre y muy cariñosa.?De ahí en adelante, el trabajo con Amparo fluyó sin obstáculos, siempre estuvo dispuesta a improvisar y a jugar en escena.

Ella dice lo que piensa a cualquiera, sin miramiento alguno. No es oportunista ni arribista, es temperamental. Y así llegó la primera escena de cama. No la ensayamos, solo repasamos los textos y nos pusimos de acuerdo en que había que recrear el deseo acumulado por años de Lucrecia y Nicanor, y toda la pasión del reencuentro. Acordamos que buscaríamos a esos adolescentes que habían sido algún día; con el mismo brillo en los ojos, las mismas caricias y el correspondiente temblor de piernas. ?Los que no eran indispensables salieron del set.

Amparo llegó, se quitó la ropa y se metió debajo de las sábanas, luego lo hice yo. Nos dimos un abrazo e improvisamos con el director presente antes de grabarla. La atmósfera era tan especial y armoniosa que, para mi desgracia, la resolvimos en solo dos tomas; pero quedaron grabadas en mi cuerpo, por varias horas, las sensaciones de feminidad y fragilidad; la suavidad de su piel y el olor a flores perfumadas y a dátiles que sale de su cuerpo.?Más que una escena de sexo, resultó ser una escena de amor. Ella fue la mejor de las mujeres y la más apasionada de las amantes. La más simpática, la más amorosa, la más juguetona y coqueta, y la más cómplice.?

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