Testimonios

Yo renuncié al aire para luchar por la marihuana

Por: Charlo Greene

Charlo Greene, la reportera que renunció en vivo en la televisión de Alaska, en exclusiva para SoHo.

En Alaska, todo el mundo fuma marihuana. Mi Estado tiene la tasa de consumo más alta de Estados Unidos. Cuando tenía 15 años, la probé por primera vez. No me gustó para nada, aunque la marihuana de aquí es verdaderamente buena. A los 21 años, me convertí en una fumadora frecuente y empecé a beber en exceso. Después de perder un semestre, a causa de la bebida, decidí abandonar el licor y empecé a utilizar el bong, que es como una especie de narguile, para fumar hierba. Fumo desde entonces y me gradué summa cum laude de la universidad. Por esa época me interesé también en los usos médicos de la marihuana.

El 20 de abril de este año fundé junto con mi novio, Peter LoMonaco, mi hermano Charles y mi hermana Jennifer el club de cannabis de Alaska. Este lo integran pacientes que utilizan marihuana en sus terapias. En este momento somos la única fuente de suministro legal en el Estado. Desde que empezamos, me di cuenta de la gran acogida que tenía entre la gente y supe que debía escoger si continuaba siendo reportera o atendía las necesidades urgentes de la comunidad. Decidí que cuando mi negocio y yo estuviéramos listos, me iría dando un gran golpe.

Mi renuncia épica al aire, en pleno noticiero de KTVA, que se volvió viral en internet, la planeé con un mes de anticipación. Casualmente me tocó presentar una nota sobre el referendo de noviembre, en el que se decidirá si se legaliza la marihuana con fines recreativos. Cuando terminé de leer el teleprompter, conté que era la fundadora del único club de cannabis de Alaska y que renunciaba para dedicarme de lleno a la campaña por el sí. Entonces dije algo así como: “A la mierda, renuncio”.

En este canal son unos lamesuelas, porque son manejados por una corporación masiva que está más interesada en controlar las noticias que en reportar. Además, han estado trabajando arduamente para detener mi mensaje. Lógicamente no me fui en los mejores términos. Mi jefe publicó un video pidiendo disculpas públicas por la manera en que renuncié, pero no ha tratado de contactarme. Tampoco he hablado con Alexis Fernández, la presentadora que se disculpó al aire por mi renuncia, pero igual no tengo nada que decirle. No me siento mal por lo que hice.

Siempre supe que el video recibiría atención, pero nunca pensé que sería así de enorme. Mi vida se ha puesto patas arriba; estoy escribiendo para esta revista, con eso les digo todo. Con mi renuncia quería llamar la atención sobre las necesidades de la comunidad médica aquí y recordarles a todos lo que está en juego este 4 de noviembre, durante el referendo para decidir si legalizar o no la marihuana en Alaska. Aunque los votantes ya aprobaron la marihuana médica en 1998, el Estado no permite que haya dispensarios. La constitución de Alaska aprueba que las personas porten 4 onzas de marihuana y tengan hasta 24 plantas en sus casas. Sin embargo, la policía puede quitarte todos tus utensilios y matas si les provoca. Y si te encuentran fuera de tu casa con marihuana, podrías convertirte en una de las miles de personas arrestadas por posesión.

Por eso peleo, por la libertad y la justicia en nombre de todos los pacientes de la comunidad médica de Alaska y las incontables vidas que han sido arruinadas o deterioradas por las leyes de marihuana, prohibicionistas y racistas. Por eso, lo correcto es legalizarla. Votar por el sí del “Ballot measure 2” es una oportunidad histórica para acabar con más de 80 años de prohibición. Si se aprueba, la marihuana recreativa se legalizaría, lo que les permitiría a los adultos de 21 años en adelante portar una dosis de 1 onza y tener hasta seis matas de marihuana en sus hogares, sin acarrear consecuencias penales.

Después de mi renuncia he recibido varias ofertas de trabajo para volver al periodismo, la gente me alienta para que entre a la política, personas de todo el mundo me han escrito para que hable sobre la reforma de la marihuana. Todo ha sido abrumador y sorprendente. No sé qué me tendrá el destino preparado ni para dónde voy ahora, pero sé que todavía estaré fumando marihuana cuando llegue.

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