Yo duré más que un Bon Bril

Lo mío siempre ha sido la actuación. Estudié teatro en la academia Charlot y luego hice una carrera en Arte Dramático en la Universidad de California, y viví un tiempo en Los Ángeles. Al volver a Bogotá, comencé a hacer castings en diferentes agencias, como lo hacía en Los Ángeles y por eso terminé en lo de Bon Bril. En 2002 fui a un casting que hizo Lion Producciones y la idea era, sobre todo, recrear la situación de una persona que se demoraba mucho en tomar una decisión, y se comparaba con Bon Bril, una esponja de larga duración. Yo era el novio que le regalaba una argolla a su novia. Ella me decía: “Por fin te decidiste” y yo le respondía “sí, un mes más de novios”. Mi novia se alteraba y decía “llevamos diez años de novios. Con razón me dicen que yo no tengo novio sino un Bon Bril”. Yo le respondía “no, tampoco hemos durado tanto”. La escena terminaba con: “Si dura mucho, es Bon Bril”. Además de este, la campaña tenía otros dos comerciales. Uno, por ejemplo, era sobre un señor que estaba demasiado grande para seguir viviendo con los papás. Lo del Bon Bril se convirtió en un dicho popular. En la calle la gente me decía: “Ahí va el Bon Bril”. Llegó a ser un poco desesperante después de un rato. Hace unos meses, estaba de visita en Costa Rica y la vendedora de un almacén, que era colombiana, me preguntó: “Oiga, usted es el de Bon Bril?” Puede que en la calle y mis amigos me la hayan montado mucho, pero me abrió muchas puertas. He participado en más de treinta comerciales. Hace más de diez años hice uno tan reconocido como este, al que, por cierto, le salieron sátiras en varios programas de Jaime Garzón. Era de cerveza Águila, para un mundial. Yo le hablaba a alguien como si estuviera enamorado, pero al final, se abría el plano y se notaba que le estaba hablando a un cuadro de la Selección Colombia al que le decía “yo te adoro, mi selección”. Otro fue el de Cream Helado, de paletas Drácula. También he hecho cosas en teatro y televisión.