Historias
Los peluqueros callejeros de Caracas
Por: Juan Barreto | Texto: Álexander Martínez
Bajo un puente o en un mercado callejero de Caracas, peluqueros se ganan la vida con una rasuradora, un espejo, una mesita y una silla plástica, acicalando a quienes no pueden pagar un salón de belleza por la crisis económica.
Hace poco más de un año, Gilbert Arteaga instaló bajo el céntrico puente Fuerzas Armadas la "Barbería Bolívar". El rótulo está pintado en un mural con un rapero y un Simón Bolívar a caballo.
Lo que ganaba como empleado en una peluquería no le rendía. Tampoco podía alquilar un salón por el alto costo.
Por un corte cobra 100.000 bolívares -lo que cuesta un huevo- si el pago es en efectivo, severamente escaso; y 150.000 si es con tarjeta de débito, para lo cual usa un dispositivo de pago electrónico que le prestan en un local vecino.
En una esquina del sector popular de El Valle, Franklin Aguilera, de 28 años, también resiste a la grave crisis haciendo degradados con hojilla y arreglando barbas y cejas.
Los precarios ingresos de los barberos de calle los tientan a seguir el camino de miles de venezolanos que emigran por la situación.
Gilbert ha recibido propuestas y el socio de Franklin ya se fue a Colombia. Pero, por ahora, han decidido quedarse.