Se iba demorando en llegar el bendito
otoño. Primero era que el verano, húmedo y exasperante, nada que se
acababa. Y depués fue que de repente pasamos a 0 grados centigrados.
Esta semana, entonces, por fin, el promedio de 15 grados se asentó, las
hojas empezaron a caerse, la postemporada de béisbol se calentó y el
Central Park cogió el look que más vale la pena. Pero para no caer en
la
prototípica imagen del Jaqueline Kennedy Onassis
Reservoir con árboles de todos los colores, vamos con ésta, tomada ayer en una de las pendientes que se ven en la parte norte del parque.