Hace un año,
Jon Bakhshi, dueño de lujosas discotecas en el
Meatpacking District como
Home y
Guest House, inauguró
The Greenhouse, un sitio
ambientalmente amigable, como dirían los gringos, armado exclusivamente con materiales reciclados, donde los inodoros se sueltan
automáticamente y no gastan agua, y donde solo se venden tragos de alcohol orgánico mezclados con jugos frescos.
Bakhshi
pretendía hacer del sitio "un perfume". Y de ahí que las paredes
parezcan las de un jardín botánico, hechas de bambú y plantas vivas;
que el techo decorado con vidrio reciclado en forma de gotas de agua
proyecte luces moradas de energía solar; y que el aire acondicionado se
produzca por una cascada, la cual es un incentivo más para sentirse en
jardín japonés. La discoteca, es decir, gasta menos energía que un
apartamento promedio.
Pero así suene muy interesante, el sitio cae en la
idiotez de la mayoría de las discotecas de esta ciudad. Ayer, la autora negra
Teri Woods
lanzó su libro ahí, y hoy demandó al sitio por un billón (sí, un
billón) de dólares porque la mitad de los invitados, todos
afro-americanos, no pudieron entrar porque el
bouncer
no los dejó entrar. Ésta no es la primera vez que un escándalo de
racismo, que en este país es muy mal visto, se da en este prestigioso
sitio en
SoHo. Y es que, desafortunadamente, de eso se trata la rumba formal en ésta ciudad: plata, pinta, raza y estrato.