Todo parecía mágico y bastante emocionante en la mansión Hefner con las conejitas pero la realidad era otra y ya se reveló.
PlayBoy es una de las revistas más reconocidas del mundo por vender en sus páginas a las mujeres más sexys de la época y las que más daban de qué hablar, pues de hecho sus primeros ejemplares fueron con la impresionante Marilyn Monroe que era el sex symbol del momento.
Aunque muchos recuerdan que la marca se encargaba de fotografiar mujeres sensuales desnudas y publicar artículos sobre sexo, PlayBoy era mucho más que la revista, pues para su dueño y creador Hugh Hefner era practicamente un estilo de vida con el que él dominaba a las mujeres que quisiera y les daba el título de ‘conejitas’.
Fueron muchas las mujeres que hicieron parte de esa especie de familia en la que la fiesta, el alcohol y el sexo eran las tradiciones que todas debían disfrutar para hacer feliz a Hefner y por mucho tiempo, se pensó que las ‘conejitas’ eran las mujeres más afortunadas por vivir en la mansión PlayBoy y recibir todas las atenciones del magnate.
Sin embargo, luego de que el editor muriera en 2017, las ‘conejitas’ fueron liberadas y este año se estrenó Secretos de PlayBoy, un documental en el que varias decidieron hablar y revelar los horrores que vivían en la mansión, pues más que una vida de lujos, exentricidades y diversión, era un secuestro y varias torturas.
Luego del revuelo que causó dicha serie, Bridget Marquardt y Holly Madison, dos de las exconejitas, crearon también un podcast para relatar más detalles de lo que vivieron durante sus años en la mansión y esta última recientemente reveló lo traumático que era el sexo que Hefner.
Para ella todo lo que pasó desde 2001 cuando empezó a ser parte de esa familia fue una especie de secuestro en el que desarrolló el síndrome de Estocolmo y por eso empezó a “querer” a su victimario, sin embargo, en varias ocasiones se sentía asqueada por lo que Hefner la obligaba a hacer.
Tal como contó la famosa modelo, para el magnate el sexo tenía que ser como él dijera y estaba obsesionado con las drogas y en poner aceite de bebé en la vagina de las mujeres. “Hef quería usar aceite de bebé como lubricante. No lo recomiendo porque la infección puede ocurrir. Es repugnante. No sé cuál fue su problema con eso”, comenta Madison.
Sin embargo, eso no fue lo peor, ya que cuando ella empezó a sentir incomodidad en su parte íntima ya que el aceite de bebé no está hecho para ser un lucricante, consultó a su médico y este por supuesto le dijo que no podía usarlo más o podría tener una infección más grave.
“Recuerdo haber hablado con el ginecólogo al respecto y luego decirle a Hef que no podía usarlo más”, cuenta la mujer agregando que cuando ella le lanzó ese comentario él se limitó a decir que “la gente usa aceite para bébés”, omitiendo que lo usan “en su piel. No internamente. Se supone que no hay que ponerlo allí”, destaca la famosa.
Luego de eso relata que aunque al parecer había dejado de usarlo, en realidad eso no fue así ya que desde ese momento empezó a hacerlo de forma indirecta, pues cada vez que la tocaba se lo ponía sin que ella lo autorizara.