Airbnb presenta los lugares que debutaron el año anterior en su plataforma y que convierten a Colombia en un epicentro de experiencias únicas en la región, solo detrás de Brasil y México.
Viajar hoy no es un lujo, es un statement. Un gesto que dice tanto de quién eres como la forma en que te vistes o el reloj que eliges llevar. Colombia, siempre impredecible, lo entendió a la perfección y en 2024 sorprendió con 14 destinos que debutaron en Airbnb. No hablamos de las rutas de siempre, sino de rincones que exigen curiosidad, determinación y el deseo de vivir experiencias sin filtros.
Estos lugares son un recordatorio de que la aventura sigue viva: Gutiérrez, escondido entre montañas y ríos; Villanueva, donde el Caribe se siente más auténtico que nunca; El Peñón, con cuevas y formaciones que parecen diseñadas para quienes disfrutan la adrenalina; o Belén, un relicario colonial perfecto para perderse en el tiempo. Y claro, la Amazonía, con El Paujil y Morelia, nos demuestra que la selva sigue siendo el terreno definitivo para quien busca lo esencial.
La lista continúa con Chiriguaná y su energía festiva, las calles cálidas de San Juan de Betulia y Ovejas, la intensidad cultural de Argelia, El Bagre y Nariño, y la exuberancia intacta del Chocó en El Carmen de Atrato y Lloró. No son destinos masivos, son territorios que piden respeto y entrega, y que devuelven al viajero mucho más de lo que imaginaba encontrar.
Pero más allá del mapa, la apuesta es clara: explorar lo inexplorado es también apoyar a comunidades que por años vivieron en silencio. Viajar aquí significa dinamizar economías locales, dar voz a territorios olvidados y descubrir un país que se reinventa en cada kilómetro. La experiencia no termina en la foto: es la oportunidad de conectarse con un Colombia que respira autenticidad.
Los números lo confirman. En el último año, los anfitriones rurales de Airbnb aumentaron en un 40 % sus ingresos, prueba de que el turismo consciente puede ser motor de sostenibilidad y estilo de vida. No es casualidad: la hospitalidad en estos lugares se convierte en una forma de resistencia y orgullo, donde compartir se traduce en prosperar.
Al final, lo que queda es claro: viajar no es una huida, es un encuentro. Una manera de volver diferente, de redefinir la forma en que habitamos el mundo y, sobre todo, de dejar que un país como Colombia —con sus contrastes y matices— siga escribiendo historias en nuestra propia piel. Estos 14 destinos son más que paradas en el mapa: son invitaciones a un viaje interior tanto como exterior.