Luego de las violentas protestas que tuvieron lugar este miércoles en el centro de Bogotá, una de las policías atacadas se pronunció.
Ingrid Garcia es el nombre de una de las policías que fue atacada en la tarde del miércoles durante las manifestaciones que se llevaron a cabo en el centro de Bogotá, por parte de la población indígena Embera que sigue a la espera de garantías.
La policía es una joven que tiene el cargo de auxiliar en la institución pues apenas tiene 19 años y lleva 5 meses siendo parte de la entidad, sin embargo, como muchos auxiliares su labor es cuidar las estaciones de TransMilenio de los colados o estar al pendiente de cualquier cosa que pueda ocurrir.
Precisamente mientras hacía su trabajo sola en la estación de Museo del Oro, en medio de las manifestaciones un grupo de personas ingresó al vagón y la sacó a emujones de la estación para pegarle por ser policía.
El hecho que quedó grabado en videos y fue difundido en redes sociales, desató una ola de indignación, pues se trataba de una mujer bastante joven quien además estaba sola e indefensa.
Luego del ataque la mujer fue trasladada a un centro hospitalario de la policía para ser atendida y este jueves declaró en varios medios de comunicación revelando detalles de los aterradores momentos que vivió.
Tal como expresó la uniformada desde las 6 de la mañana “estaba haciendo presencia (en la estación de Museo del Oro), ayudando a la ciudadanía, colaborando, dando direcciones, ayudando a los discapacitados”, cuando alrededor de la 1 de la tarde empezaron los disturbios y de repente un grupo de presuntos indígenas ingresó a la estación y la empezó a violentar.
En ese momento Ingrid Garcia dice que sintió mucho miedo, pues eran demasiados los que estaban a su alrededor atacando con empujones, algunos golpes y ofensas de todo tipo. “Me decían que la policía era lo peor”, comentó la joven en entrevista con Caracol Radio.
Sobre el momento exacto que quedó grabado y que fue difundido en redes dice llegó a pensar que su vida terminaría, pues los atacantes se veían enfurecidos. “Me jalaron, me arrastraron… Pensé que no iba a vivir”, dice la joven que en este momento se está recuperando de los golpes que recibió y que por suerte solo fueron puños y no con los bastones que llevaban.
“Sigo pensando en lo que paso ayer (miércoles), gracias a Dios me levanté bien hoy. No alcanzaron a golpearme con los bastones, pero sí a mano limpia”, comenta la joven quien destacó que ella ingresó a la policía porque quiere ayudar a la gente y que aún sigue en pie su objetivo a pesar de lo que le ocurrió.