Poner a una mujer en bikini para vender el compilado de éxitos musicales del año fue todo un escándalo en su momento, al que se arriesgó Discos Fuentes. Le contamos lo que hubo detrás de esas emblemáticas carátulas.
Colombiano que se respete tuvo o tiene en su casa vinilos, casetes y hasta CD’s de los famosos 14 Cañonazos, ese compilado que se convirtió en una tradición criolla de cada diciembre. Muchos han ‘azotado baldosa’ con la mamá, la tía y la prima, mientras que otros han quedado boquiabiertos con sus portadas. Pero más allá de ser una simple producción discográfica, los Cañonazos bailables son un legado cultural y una representación de lo que es el país.
Hablar de los 14 Cañonazos es hacer referencia a una revolución musical. Revolución es sinónimo de rebeldía y Antonio Fuentes tenía mucho de eso. El tal Antonio era nadie más, ni nadie menos que el fundador de Discos Fuentes, ahí empieza todo.
‘Toño’ fue enviado por sus padres a Estados Unidos siendo muy joven. Su idea era que se preparara allá en Química o Bacteriología y regresara a Colombia para hacerse cargo del negocio familiar: un laboratorio. Antonio no le vio mucho futuro al mundo farmacéutico, se hizo el loco y terminó estudiando Negocios. Además, en su tiempo libre se dedicó a aprender a tocar varios instrumentos.
A su regreso, Fuentes ya era un experto en negocios y música, y poco o nada sabía de química. A pesar del qué dirán, decidió emprender y se le ocurrió crear un sello discográfico, ese que actualmente conocemos como Discos Fuentes, que nació en 1934 y a partir de ese momento comenzó a lanzar producciones sin parar. Por eso, para 1961, don ‘Toño’ ya se sentía cansado de lo mismo en la industria y decidió innovar.
“Fue entonces cuando se le ocurrió la idea de crear un compilado con varios artistas y canciones, algo que no se había visto antes, por lo menos en el país. Y para rematar, quiso que fueran 14 los temas que se incluyeran en el famoso LP. Recordemos que antes estos solo tenían 12 canciones, 6 por cada lado”, contó Tony Peñarredonda, gerente general de la disquera en conversación con SoHo.
¿Pero de dónde salieron los “cañonazos”? Muchos relacionan a Discos Fuentes con Medellín, pero lo cierto es que su ciudad de origen es Cartagena. Precisamente, los cañonazos hacen referencia a los cañones tan representativos de la ‘Ciudad amurallada’. Incluso, la primera carátula de este disco es un homenaje a ella.
Y ya que estamos hablando de portadas, no podemos pasar por alto la siguiente revolución que generó esta producción: sus carátulas con mujeres ligeras de ropa. Y es que, luego de romper con los paradigmas de lo musical, Antonio, su familia y sus colaboradores quisieron ser una referencia hablando de lo estético.
Fue entonces cuando en 1966 los Cañonazos se convirtieron en centro de la conversación -y claro, del debate para la época- todo por tener a una mujer en bikini como su protagonista en la portada, acompañando los éxitos del momento como “Suéltala pa’ que se defienda”, “La chica del billete” y “Acordeón pitador”.
Las críticas no se hicieron esperar, muchos aseguraron que Discos Fuentes había cruzado los límites en una época particularmente conservadora -si hoy Colombia lo sigue siendo, imaginen en la segunda mitad del siglo XX- al mismo tiempo, en momentos en que comenzaba otra revolución, la femenina, otros lo señalaban de explotar la imagen de la mujer.
Pero lo cierto es que el sello discográfico tenía una explicación contundente del porqué había decidido darle un giro de 180 grados a sus portadas. “Los años sesenta fueron bastante relevantes hablando de la liberación femenina. Las mujeres seguían peleando por sus derechos, y precisamente, el mostrarse en traje de baño, más que explotación, era un referente de la época. Incluso, Rosario, hija de Antonio, estuvo detrás de varias de estas carátulas, dando sus aportes estéticos desde lo femenino”, agregó Tony.
Y aunque Discos Fuentes estuvo en el ojo del huracán durante un buen tiempo debido a eso, sus portadas terminaron convirtiéndose en un éxito, siendo imitadas más tarde por otros compilados como La fiesta del año y los Superbailables, lo que demostró una vez más que lo polémico vende.
Muchas mujeres han pasado por las carátulas de los 14 Cañonazos, y sin duda, una pregunta que probablemente usted y otros colombianos se han hecho es: ¿quiénes son ellas y de dónde salieron? Y lo cierto es que la respuesta se divide en dos.
“Algunas imágenes fueron compradas por la disquera y las modelos ni siquiera eran colombianas. Pero otras tantas portadas sí fueron creadas aquí, en los estudios de Discos Fuentes, y como en cualquier otro trabajo artístico, las modelos eran escogidas a través de un casting”, reveló Peñarredonda.
Ahora bien, profundizando más en las carátulas, hay que aplaudir el trabajo estético detrás de ellas. Y es que las mujeres, además de ser bellas, expresaban a la perfección lo que se estaba viviendo en los contextos cultural, musical y social de aquel entonces.
Sus peinados, maquillajes, accesorios y demás, eran un reflejo de la época. Por ejemplo, ¿recuerda a la modelo del volumen 25? Su look new wave-punk dice mucho de lo que se escuchaba y se estaba viviendo en los ochenta.
Dejando de lado a las bellas modelos y sus picantes portadas, es hora de volver a la música. Y es que han sido muchos los artistas que han sonado en sus más de sesenta volúmenes. Sin embargo, ¿quiénes han sido los músicos y grupos que no se han cansado de repetir y que seguramente usted se ha gozado más de una vez?
La respuesta la tiene el mismo Tony: “En esa lista estarían, sin duda, Los corraleros de Majagual y todos los artistas que salieron de allí como Alfredo Gutiérrez, Calixto Ochoa y Lisandro Meza. También tenemos que sumar a La sonora dinamita, ‘Alejo’ Durán, Fruko, Rodolfo Aicardi, Joe Arroyo y muchos más”.
Durante todos sus años, los Cañonazos bailables han sabido evolucionar a medida que se transforma la industria. Pasaron del vinilo al casete, del casete al disco, y del disco a las USB y los formatos digitales. Y ahora, teniendo como contexto el Mundial de Qatar y el gran año que tuvo la selección femenina colombiana, lanzaron un nuevo volumen acompañado de un álbum y sus respectivas ‘monas’. “Este es un homenaje a ellas, pero también, es una especie de recuento de la historia del compilado y de Discos Fuentes. Nuestra idea siempre ha sido innovar y creo que lo seguimos haciendo”, concluyó Peñarredonda.