A casi 7 de cada 10 varones les da sueño después de tener relaciones sexuales.
El sexólogo Jesús E. Rodríguez, director del Instituto Sexologico Murciano, explica que cuando se tiene un orgasmo se activan zonas como las encargadas de gestionar el placer y las emociones, mientras que se disminuye la actividad de otras como la corteza forntal donde explica que está nuestro centro de atención, acción y cognición. Es decir, que cuando se alcanza ese clímax, el organismo se relaja y se liberan hormonas como la prolactina, vasopresina y la ocitosina lo que reduce tanto el estrés que llega el sueño.
Según el profesor Juan Carlos Sierra, titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada: “A diferencia de la mujer, el hombre después de un orgasmo entra en una fase refractaria, caracterizada por la saciedad sexual. Esta somnolencia, e incluso sueño, es consecuencia de procesos que se producen a nivel cerebral y de la descarga de dos hormonas facilitadoras del sueño: la oxitocina y la serotonina. Por su parte, la liberación de otra hormona, la prolactina, durante el orgasmo conduce a la sensación de saciedad, que facilita también el sueño”.
Igualmente, otros expertos aseguran que la merma del glucógeno y la pérdida de energía por el acto en cuestión afecta más al hombre por su mayor masa muscular.
Hay que resaltar que la buena calidad del sueño y la vida sexual son clave para una salud y vida óptima. Numerosos estudios han confirmado que descansar muy poco o mal se pierde el apetito sexual por las alteraciones que provoca un trastorno del sueño.