El magnicidio del líder liberal se ocurrió el 9 de abril de 1948. El hombre de “la jerga de los emboladores”, cambió la historia de Colombia para siempre.
En la Avenida Giménez de Quesada, al frente del café el Gato Negro en el centro de Bogotá, fue asesinado el 9 de abril de 1948 el líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, tras recibir tres disparos de un hombre de 26 años identificado como Juan Roa Sierra.
Ese día se produjo el Bogotazo, un hecho histórico donde la capital fue semidestruida tras el intento ciudadano de tumbar al presidente conservador Mariano Ospina Pérez, a quién se señaló en ese momento como culpable de la muerte del líder político que aspiraba a la presidencia de la república.
Ese día murió la esperanza de un proyecto de cambio social que era liderado por un hombre que en palabras del premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez: “logró rebasar el español y (al momento de su muerte) estaba inventando una lengua franca para todos, no tanto por lo que decían sus palabras como por la conmoción y las astucias de la voz”.
Y es que para muchos el discurso de Gaitán era como un trueno que irrumpía en calles y avenidas de los barrios populares, porque se encontraba con el corazón y la mente de los hombres y mujeres que nunca hicieron parte de los intereses de la élite colombiana.
“Hablaba con la jerga de los emboladores”, dijo García Márquez en ‘Vivir Para Contarla’ sobre el hombre del grito histórico de “¡A la carga!”, que aparece, en los no ya tan comunes billetes de $1.000 con la leyenda de: “Yo no soy un hombre, soy un pueblo”.
Sobre su muerte se han escrito diversas versiones. Para la mayoría era poco probable que Juan Roa Sierra hubiera actuado solo. Algunos expertos describen lo más evidente, que la élite conservadora, ante la posibilidad de que un hombre progresista se quedará con el poder político, decidieron matarlo.
Otros indican que desde Estados Unidos se ordenó su muerte por la denuncia que hizo en 1929 sobre la masacre de las bananeras. La amenaza del cambio de modelo en Colombia, conveniente a los intereses de ese país, es otra de las razones que pudo generar el magnicidio que dio origen al nacimiento de las guerrillas en Colombia y un periodo de violencia que aún no termina.
Bogotá sufrió ese 9 de abril la ira contenida de una población miserable. Una vez Roa Sierra fue atrapado por la muchedumbre, tras asesinar a Gaitán, la ciudad empezó a ser incendiada y la represión oficial comenzó a detener a fuerza de sangre y fuego a la turba de personas que buscaba venganza contra el régimen conservador.
De hecho, ese día, mientras los liberales opositores se tomaban estaciones radiales para instigar la insurgencia, en la capital estaba el poeta Luis Cardoza y Aragón y un joven Fidel Castro, líder de la fallida revolución cubana, a quienes se les señaló de instigar la protesta.
Todos estos hechos hicieron que el 9 de abril se conmemorará el Día de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado en Colombia.