La guerra desatada por Vladimir Putin ha causado un gran impacto en el fútbol a nivel mundial y varios jugadores se han visto implicados
Muy triste, bastante triste es lo que está pasando entre Rusia y Ucrania. El conflicto entre ambos países ha inundado las redes sociales de noticias que narran el día a día del sufrimiento de los ucranianos en un país donde llueven misiles. El deporte no ha sido ajeno a estos problemas y son varios los colombianos que han tenido que vivir una guerra que nunca esperaron tener que afrontar desde diferentes perspectivas.
En total son siete futbolistas los que están repartidos en estos dos países. Dos en Rusia y tres en Ucrania. Algunos serán más populares que otros, pero lo cierto es que estos deportistas ahora están en medio de un conflicto que los tiene entre la espada y la pared, pues deberán tomar decisiones.
Quizá los nombres de los futbolistas que están en Rusia sean bastante familiares, pues ambos han estado en la órbita mundial de este deporte. Wilmar Barrios y Jorge Carrascal son ahora quienes representan al fútbol cafetero en esta región, donde las protestas en contra de la invasión rusa es una de las formas en la que enfrentan esta absurda guerra.
Barrios es jugador del Zenit de San Petersburgo, ciudad donde las protestas contra el Kremlin no se hicieron esperar, así como en Moscú, precisamente, donde está Carrascal, reciente incorporación del CSKA.
Si hablamos de Carrascal, el ex River Plate llegó a la capital rusa con las ganas de dar un salto en su carrera deportiva, sin embargo, la mala suerte le jugó una mala pasada y terminó llegando a un país en el que el deporte está en el limbo.
Aunque la Liga Rusa sigue su curso y el colombiano ya estuvo presente en dos partidos, jugar en medio de la guerra no debe ser fácil. Mucho más cuando estás recién llegado y el idioma puede ser una barrera. ¿El sueño se convierte en pesadilla?
Por ahora ese es el camino que parece tener esta corta historia de Carrascal en Rusia. Es más, desde Argentina, según informó el periodista Maximiliano Grillo de TNT Sports, el entorno del jugador estaría pensando en un posible regreso a River Plate por este conflicto que ha dejado una serie de sanciones que afectan al deporte ruso como la eliminación de los equipos rusos de todas las competiciones europeas.
En cuanto tiene que ver con el jugador que defiende los colores del Zenit y quien es una de las grandes figuras de esta plantilla, aún es incierto lo que pueda pasar con su futuro. De momento, Barrios no ha dado pistas sobre la decisión que pueda llegar a tomar de cara a lo que viene, pero por ahora se mantiene concentrado en los siguientes partidos.
Entre los otros jugadores que están en tierra rusas y que también hacen parte de la primera división de la liga de este país, están Jhon Córdoba, delantero del Krasnodar, y Matero Casierra, delantero del FK Sochi.
En cuanto tiene que ver a los jugadores que militan en el fútbol ucraniano, la situación, indudablemente, es diferente desde los pies hasta la cabeza. No es para menos, el fútbol ha pasado a un segundo y hasta a un último ante la situación que viven los ucranianos.
Son tres futbolistas los que están padeciendo esta guerra. Uno de ellos es Gilmar Bolivar, quien hace parte de las filas del Karpaty, equipo de la segunda división del fútbol ucraniano de la ciudad de Halych y en el que también lo acompaña Duván Balceiro de 19 años.
Bolívar, con tan solo 20 años de edad, es consciente de la grave situación por la que pasa, pero por ahora mantiene la calma. No se quiere ir. Su intención es seguir jugando fútbol en este país, pero no descarta tener que irse por su familia, quien según contó a Semana “está preocupada”.
Y narró: “Aquí sonó la alarma, nadie puede salir a la calle y hay toque de queda. La verdad, es bastante preocupante la situación”.
El otro de los jugadores que está en Ucrania evadiendo los bombardeos es Brayan Riascos, quien es uno de los más consolidados al jugar en el Metalist de Járkov, una ciudad que ya ha recibido el ataque de las tropas rusas.
Estos siete futbolistas viven situaciones diferentes. Mientras unos observan cómo el país que los acogió es el protagonista de los titulares por sus ataques hostiles, los cuales quedarán marcados en la historia, otros buscan mantenerse sanos y salvos; con la ilusión de que esto acabe pronto para volver a las canchas y darle, una vez más a los ucranianos, la alegría de vivir en paz y celebrar un gol.