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No hay causa perdida

Por: Revista SoHo

¿Todavía no ha leído la autobiografía de Álvaro Uribe Vélez? ¿Qué espera? De paso, refresque su biblioteca con estos imperdibles.



No hay causa perdida

Álvaro Uribe Vélez

Autobiografía del gran líder, del padre de la patria, del redentor político de Colombia. Libro de cabecera y piedra fundacional de cualquier biblioteca que se precie de serlo. Su valor y hasta su precio se incrementan si lleva la firma y la dedicatoria del expresidente.


Manual del perfecto idiota latinoamericano
Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner, Álvaro Vargas

Esta es la antítesis de Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano. Tres excelsas plumas latinoamericanas unidas para criticar las tesis de los políticos que insisten en llevar al continente por las vías de la izquierda y el socialismo en vez de abrazar y entregarse con fervor al capitalismo y el neoliberalismo.



El pensamiento político de la derecha

Simone de Beauvoir

Un sesudo estudio de las variadas ideas que alimentan a los políticos de derecha. Tiene citas geniales: “Situarse a la derecha es temer por lo que existe”, de Jules Romains. O esta otra de Raymond Aron: “¿Qué oponer al comunismo? La afirmación de los valores cristianos y humanistas”.




El fin de las AUC. ¿Verdad o ficción?

Evelio Henao

Obra recomendada por el estratega José Obdulio Gaviria. Imprescindible leerla después de que este dice que “la obra reivindica una figura magnífica de Colombia, el Comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, un apóstol convertido en héroe desterrado”.




Latinoamérica
Enrique Krauze

Un gran intelectual mexicano. Critica la embriaguez del sueño revolucionario, señala la dictadura castrista en Cuba y la semidictadura de Chávez en Venezuela, y elogia al gran líder, al redentor por excelencia, Álvaro Uribe Vélez. ¿Qué otras razones se necesitan para tener este libro en la biblioteca.




Recomendado del mes
Lo que no tiene nombre
Piedad Bonnett
Alfaguara, 132 páginas.
$37.000

Daniel Segura Bonnett se suicidó el 14 de mayo de 2011, a la una y diez de la tarde, en Nueva York. Era artista, tenía 28 años y estaba haciendo una maestría en la Universidad de Columbia. En este libro testimonial, su madre, la poeta Piedad Bonnett, le hace una elegía, recuerda la vida feliz que tuvo y cuenta la manera como ha hecho el duelo tras su muerte. Aunque fue escrito en caliente, no cae en la cursilería. Es emotivo, pero contenido, y breve, según la autora, “para que tuviera el aliento de la poesía”. Un texto que no dejará impasible a ningún lector porque, como dice Piedad, cuenta “una historia poderosísima, llena de potencia, dolor, dramatismo, de una fuerza como la del destino”. Una obra valiente porque rompe el silencio sobre dos temas de los que la sociedad colombiana prefiere no hablar: el suicidio y la enfermedad mental.


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