Columna

Arsenal de palabras

Por: Eduardo Arias @ariasvilla

A. África. El primer triunfo de un equipo africano lo logró Túnez al vencer 3 a 1 a México en el Mundial de Argentina de 1978.

Cuatro años más tarde, en España 82, África logró su primer triunfo resonante cuando Argelia venció 2 a 1 a Alemania. La primera victoria de un equipo del África negra lo obtuvo Camerún, al vencer 1 a 0 a Argentina en el partido inaugural del Mundial de Italia 90.

Amores. Si dicen que “goles son amores”, entonces el partido más romántico de la historia de las copas del mundo se jugó el 26 de junio de 1954 en Lausana, Suiza, por los cuartos de final de aquel Mundial, en el que el equipo de casa perdió 7 a 5 con Austria. Ese Mundial también fue el más romántico de la historia. Se marcaron 140 goles en apenas 26 partidos, es decir, un promedio de 5,38 goles por partido. El otro extremo es Italia 90, torneo en que se anotaron 115 goles, apenas 2,21 por juego.


C.


Celebración. Al terminar el partido por tercer lugar del Mundial de Italia 90, que enfrentó al equipo de casa con Inglaterra, y que ganaron los locales 2 a 1, sucedió un hecho muy singular. Los jugadores no se retiraron al vestuario a rumiar la depresión de haberse perdido ambos la final en la lotería de los penales ante Argentina y Alemania, respectivamente. Por el contrario, se quedaron en el campo de juego saltando y saludando a los hinchas. Una manera muy bonita de despedirse del que para ambas selecciones fue un gran mundial a pesar de no haberlo podido ganar.


D.

Descalzo. Aunque el reglamento exige que los jugadores utilicen guayos y obliga a que un jugador que pierda su botín se retire del campo para volvérselo a amarrar, en el Mundial de Francia de 1938 el delantero brasileño Leonidas marcó un gol descalzo. En un partido épico que en buena parte se jugó entre el lodo y en medio de un aguacero, brasileños y polacos se batían como leones. Brasil, que había comenzado ganando 3 a 0 cuando el campo estaba en buenas condiciones, perdía 4 a 3 cuando estaba por terminar el juego. A Leonidas se le quedó enterrado el guayo entre el fango, así que pateó al marco descalzo. Ese gol le permitió a Brasil empatar el juego 4 a 4 y jugar una prórroga, en la que finalmente se impuso 6 a 5.


R.

¡Roja!
En el Mundial de Inglaterra, el equipo de casa jugó contra Argentina en cuartos de final. El juez alemán Rudolf Kreitlein expulsó al capitán argentino, Antonio Ubaldo Rattín, por una serie de malentendidos ante la incapacidad de ambos de comunicarse entre sí. Esta expulsión puso a pensar al exárbitro inglés Ken Aston, quien en una calle de Londres encontró la solución al mirar un semáforo. Una tarjeta amarilla, que significaba precaución (o amonestación), y la roja, que significaba expulsión. Las tarjetas se utilizaron por primera vez en México 1970, pero la primera roja que se mostró en una Copa del Mundo la recibió el delantero chileno Carlos Caszely en Alemania 1974. Las amarillas sí se vieron en México 70 desde el juego inaugural. A los 35 minutos del primer tiempo, la recibió el soviético Anatoli Byshovets en el partido que sostuvieron México y la Unión Soviética.


Z.

Zoológico.
Radamel Falcao García es conocido como ‘el Tigre’, un sobrenombre frecuente en el mundo del deporte. En los mundiales han participado varios jugadores que se hicieron famosos por sus apodos animales. Tal vez el más famoso de todos es el portugués Eusebio, llamado la ‘Pantera de Mozambique’, goleador del Mundial de 1966. Otra legendaria figura, y contemporánea de Eusebio, fue el arquero soviético Lev Yashin, conocido como ‘la Araña Negra’. En Italia 90, los tres palos de Costa Rica los defendió Luis Conejo, ese era su apellido. Inglaterra, en 1966 y 1970, con ‘la Jirafa’ Jack Charlton. Los equipos africanos son amigos de ese tipo de nombres: Costa de Marfil son ‘los Elefantes’; Camerún, ‘los Leones Indomables’; Nigeria, ‘las Águilas Verdes’. Un caso curioso es el de los australianos, a quienes les dicen ‘socceroos’, un apócope de soccer kangaroos, algo así como los ‘Canguros del Fútbol’.


Bonus track: 7 de junio de 1970. Guadalajara. Termina el partido entre Brasil e Inglaterra. Pelé y Bobby Moore intercambian camisetas. Esta imagen resume como ninguna otra el verdadero sentido del fútbol. Del juego. De que cada cuatro años se celebre en algún lugar la Copa del Mundo.

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