La colombiana Canela Tobón diseñó el vestuario de Manos sucias, una película producida por el mismísimo Spike Lee, director de 'Malcolm X' y 'El plan perfecto'. Por eso, y porque siempre está detrás de cámaras, acá decidimos presentársela.
¿Cómo llegó esta quindiana con nombre de artista a convertirse en vestuarista de películas de primera línea? Todo empezó con el terremoto de Armenia, en 1999. Canela Tobón estudiaba Publicidad en Bogotá, pero tuvo que retirarse. Su familia, con problemas económicos tras la tragedia, solo podía pagar una universidad a la vez, y empezó por la de su hermana melliza, que estaba a punto de graduarse. Canela, entonces, canceló el semestre y se puso a trabajar. Empezó con la actriz y vestuarista Ana Aristizábal, su maestra, y a los cuatro años fundó su propia empresa de diseño, Automátik.
Pronto la invitaron a ser la jefe de vestuario de la telenovela La dama de Troya, de Fox Telecolombia, y remató el año siguiente con la primera temporada de Los caballeros las prefieren brutas, de Sony. Canela, quien hizo una maestría en Vestuario para Artistas en Buenos Aires, ha diseñado ropa para Cabas, Fanny Lu, Maluma, Natalia París…; ha trabajado para marcas como Marlboro, Estéreo Picnic, RedBull…, y sus diseños han sido usados en importantes eventos deportivos, como la clausura de los Juegos Nacionales de Popayán 2012.
¿Y el cine? Hace dos años, Canela se unió al equipo de Manos sucias, una cinta producida por Spike Lee —sí, el de Malcolm X— y dirigida por uno de sus alumnos destacados, el estadounidense de origen japonés Josef Kubota Wladyka. Se internaron en Buenaventura durante tres meses para la grabación, la película fue lanzada en octubre pasado y en menos de seis meses se ganó cuatro premios en los festivales de cine de Tribeca, Huelva, San Francisco y Zúrich. Además, se presentó en marzo, en el Festival de Cine Colombiano en Nueva York, con gran recibimiento de la crítica.
Como si fuera poco, Canela también es DJ. Se hace llamar DJ Pantera y es toda una experta en salsa, pero de la buena. Heredó el ‘sabor’ y una gran cantidad de vinilos de su mamá. Y no es ninguna amateur: hace dos años la invitaron a São Paulo y puso a tirar paso a más de 1500 personas. Nada mal, ¿no?