Oídos bien abiertos

Cuando Francisco se entere de que Karol Józef Wojtyla grabó un álbum (en realidad, al menos dos), sin duda se animará a registrar en su voz las barras del San Lorenzo. Este CD, que le arrancaría varias onzas de lágrimas al procurador Ordóñez, fue casilla 175 en Billboard, y la mayoría de las letras provienen de la Biblia y de la liturgia Católica. A pesar del poco celestial resultado final, Wojtyla no se condenó según parece.

¿Por qué reseñar nuevamente este álbum? Digamos que es una tarea pedagógica… Johnny Ramone, cofundador y guitarrista del grupo, fue de un conservador subido y se granjeó más de una enemistad cuando apoyó la campaña de George W. Bush (todavía más al agradecer su entrada al Salón de la Fama del Rock ‘n’ Roll con esta frase: “Dios bendiga a Estados Unidos y al presidente Bush”).

Nacer en Romeo, Michigan, y ser músico, expone a cualquiera a una vida poco convencional. Kid Rock, con su mezcla de country, rock sureño, funk y otras hierbas, es una de esas extrañas criaturas musicales que no se avergüenzan de pensar con el hemisferio derecho. Apoyó a Mitt Romney y ha criticado a la industria de la música por “recostarse en la izquierda”. También se acostó con Pamela y estuvo entre su derecha y su izquierda.

No fue sino que Lourdes Hernández (vaya usted a saber por qué diablos se presenta como Russian Red) dijera en Marie Claire que no le molesta la ideología de derecha, para que la batieran en todos los escenarios. Asegura que no compone para la derecha, que únicamente tiene algunas coincidencias, pero la lección le quedó clara: “Existe una totalitarización de la opinión pública, que poco se acerca a los ideales de una sociedad progresista”.

Mario Duarte y los miembros de su mítica banda deben estar preparando acción legal contra SoHo por ubicarlos en una página de recomendaciones musicales para la derecha. Demanden. Están en su derecho, pero, para su siguiente vida, bauticen el grupo La Izquierda o algo por el estilo. Mítico y ultra(¿derecha)magnífico álbum de 1996, decorado con balas .38 Smith & Wesson Special, de esas con que a la derecha le gusta “fumigar”.