Crónicas

Brigitte Baptiste se maquilla para ir a trabajar

Por: Fotografías: Jorge Oviedo

A las 4:00 de la mañana suena el despertador de la conocida directora del Instituto Humboldt. Lo primero que hace antes de iniciar su larga rutina es ponerse sagradamente una ruana, pues es una de las muchas personas que se acuestan a dormir sin ropa.

A las 4:00 de la mañana suena el despertador de Brigitte Baptiste, la conocida directora del Instituto Humboldt. Lo primero que hace antes de iniciar su larga rutina es ponerse sagradamente una ruana, pues es una de las muchas personas que se acuestan a dormir sin ropa. Prepara el desayuno, lee, responde correos y oye radio mientras espera a que sus hijas, Candelaria y Juana Pasión, se levanten. Desayuna en familia, con el pelo a medio secar y la cara limpia. Sale de su casa caminando rumbo a la peluquería Rostro e Imagen. Todavía es de noche. Es un local diminuto a solo cuadra y media de distancia de su casa, atendido por una sola peluquera, Estela, que también hace de manicurista, y una señora que se encarga de los tintos a diario. Allí inicia su rutina de belleza. Le hacen el famoso blower y la maquillan de acuerdo con su pinta. Ya son 15 años los que lleva arreglándose, todos los días, a las 6:00 de la mañana, en este lugar. A su peluquera se le atribuyen sus múltiples cambios en el color y en sus cortes de pelo. Estas sesiones, que duran alrededor de 40 minutos, se las cancela a la dueña mensual o semanalmente. Al fin de cuentas es la clienta fiel de las 6:00 en punto de la mañana.

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