La reconocida cantante está “mejor que nunca” a sus 45 años
La mayoría la puede recordar por sus grandes actuaciones en Pasiones secretas, Momposina, Eternamente Manuela, Guajira y Las Juanas. Sabino siempre supo moverse en el medio, comenzó cuando apenas tenía seis años y hacía parte del elenco popular Pequeños gigantes.
Según ha revelado en varias entrevistas a los medios nacionales, su talento, amor y pasión por el arte se lo heredo a la cartagenera Myriam de Lourdes, su madre.
Además de actuar, Carolina descubrió que le gustaba cantar y era integrante de Luna Verde, agrupación musical, donde ella era la voz principal. La banda estuvo en auge por algunos años tanto a nivel nacional, como internacional, su tema más conocido fue La colita.
Para 1997 lanzó su primer álbum como solista que llamó Las Juanas, banda sonora de la telenovela de RCN que llevó el mismo nombre. Luego tuvo un break de su carrera como artista y para el 2004 retomó su carrera con el tema musical Me amarás bajo la lluvía.
También volvió a actuar en la obra de la guarachera de Cuba, interpretando a Myrta Silva, donde tenía que cantar y actuar como la icónica agrupación La Sonora Matancera.
En una entrevista de Youtube con Diva Rebeca, Sabino confesó: “todo el mundo ha tenido esos momentos en los que piensa en irse. Este mundo es tenaz desde donde lo mires. El mundo se ve caótico desde todas las esquinas. Pero sin duda hacer parte de la industria del entretenimiento es más fuerte. Todo el mundo se da el derecho de opinar sobre ti. Eso me dolía un montón, ver cómo la gente hablaba y yo sin poder defenderme”.
Añadió también que “en Ecuador he hecho muchas cosas y cuando pasó lo de la pandemia entre las cosas que se revelaron fue por qué dejé la música, por qué guardé eso en un cajón si eso me llena enormemente. Y sí he tenido conversaciones para volver a la tele, estamos en eso (...) Me puedo caracterizar hasta de cuando tenía 20″.
Finalmente, destacó que “cuando uno no es responsable de algo y lo culpan es como tratar de remendar el plato que no rompió y eso es muy molesto. De todo he aprendido. Tengo una luz poderosa que me la he dejado apagar muchas veces, otros se han beneficiado de mi propia luz y energía. Hoy en día pienso en esos días con agradecimiento por la gente que me acompañó. Me siento agradecida de que haya pasado, me siento feliz de tener experiencias buenas y no tan buenas”.