Para: Jessica Cediel <jcediel@nalgmail.com>
Asunto: Deje así.
Apreciada Jessica:
La historia de la humanidad está llena de gente que, en un afán más bien inútil de mejorar lo que ya ha encontrado su forma ideal, echa todo a perder. Solo así podríamos explicar debacles como la nueva fórmula de la Coca-Cola, el cover de Miguel Canales perpetrado por Tulio Zuloaga, la versión ligera y abreviada de El nombre de la rosa que va a publicar Umberto Eco, la desaparición de la Abejita Conavi, el nuevo diseño del periódico El Tiempo, el cambio de nombre del aeropuerto El Dorado y el de Marcela Gardeazábal, hoy Marcela Mar. En esa lista podemos incluir, sin ninguna duda, la cirugía estética que por poco arruina tu culo.
A propósito, no me pidas que le diga cola, pompis o derrière a tu culo. Todos los sucedáneos idiomáticos me parecen producto de la pacatería nacional, incapaz de llamar a las cosas por su nombre. Culo es una palabra castiza que en otras latitudes utilizan con toda naturalidad, asunto sobre el que he hablado en otras ocasiones y no pienso extenderme otra vez. Valga este paréntesis para alejar los señalamientos de guache y ordinario, que podrían imputárseme por otras razones mas no por esta.
Cuando te preguntaban en la revista Elenco si te habían quedado ganas de hacerte algún procedimiento estético, respondiste: “Me voy a seguir cuidando hasta un punto normal; lo importante es no llegar a extremos y asesorarse por personas calificadas”. Eso podría significar que vas a tener cuidado de escoger muy bien al médico y al producto que te vas a seguir poniendo en los glúteos. Con todo respeto, Jessica, déjate el culo quieto. No le hagas nada. Está perfecto. En las fotos que te tomaron luego de pasar por los drenajes y demás penurias posoperatorias se veía espectacular. Eso quiere decir, en primer lugar, que no necesitabas ningún arreglo.
Bien decía Pirry, sabiamente, que el cirujano más confiable es aquel que te dice que no necesitas operarte. Demanda a ese doctor Carrillo, pero no porque te puso el ácido hialurónico sino porque te operó aunque no lo necesitaras. Lo ideal no sería que sirvieras de ejemplo para que tengan cuidado a la hora de operarse: lo ideal sería que promovieras la idea de que todas las mujeres son lindas a su manera, pues si alguien como tú necesita hacerse mejoras, ¿qué pueden esperar las demás mortales
No siendo más, se despide este fan de tu culo, y del resto de ti, Antonio.