7 Cosas de los grafitis de Bogotá que nadie le ha contado

1. Bogotá es considerada capital del Street Art

Por si no lo sabe, Bogotá es considerada como una de las principales ciudades del arte urbano a nivel mundial. Según el artista Vogel, del colectivo Orfanato, este es un hecho difícil de entender porque su movimiento lleva solo unos 20 años, comparado con otras capitales destacadas como Ciudad de México y Sao Paulo, que tienen una trayectoria mucho mayor.

2. No todos los grafitis utilizan la misma técnica

Al caminar por estas calles es común ver desde frases hechas con aerosol, pasando por “garabatos” incomprensibles, hasta murales repletos de colores y mensajes claros.

Para que entienda la diferencia, expresiones como “¡María Te Amo!” son la forma más básica que existe de grafiti. Las letras o firmas ilegibles se conocen como tags, están encriptadas para que solamente puedan ser entendidas por individuos de una comunidad y su función es la de marcar territorios.

Éstas tienen un componente ilegal, por lo general no manejan una narrativa. Allí surgen los murales como un trabajo mucho más elaborado, donde los dibujos y la ilustración cumplen un papel clave en la ciudad.

3. No todo es aerosol

La diversidad de estilos que se ven en Bogotá es bastante amplia, estas formas conviven en las paredes de todas las localidades. En este momento tanto grafiti como muralismo se están mezclando, sus artistas recurren a diferentes tamaños y técnicas como aerosoles, vinilos, esténciles, pegatinas, carteles y hasta esculturas.

Existen artistas importantes dentro del movimiento urbano y su talento los ha llevado por otros países. Por ejemplo, Gris One, Bastardilla, Stinkfish, Cazdos MDC, Guache, Ródez, Ledania, Dast, Toxicomano y DJLU.

4. Los extranjeros han aportado grafitis a la ciudad

El Street Art es fuerte en Colombia, la calidad de los muros ha hecho eco a nivel internacional. Por esa razón, artistas de todo el mundo visitan anualmente estas calles para pintar grafitis.

Según ellos, trabajar en Bogotá les produce mucha emoción porque en sus países las regulaciones son bastante estrictas. Artistas como Kiptoe (Estados Unidos), Javier Almirón (Argentina), Bik Ismo (Puerto Rico), Flop (Brasil), El Pez y Kenor (España) han realizado obras destacadas por calles y muros de la capital.

5. Los artistas urbanos sí pueden vivir del arte

Usted se preguntará ¿de qué viven estos artistas?, ¿qué hacen mientras no están pintando? Pues bien, ellos trabajan en las calles capitalinas para exponer su talento, utilizan los muros como una vitrina. Desde allí pueden ser contratados por organizaciones, marcas y empresas de forma privada, que se interesan por tener una identidad visual gracias a los murales.

Otros se unen en colectivos o administran galerías como Visaje Graffiti, aparte de elaborar exposiciones, crean y venden piezas no visibles en las calles como serigrafías, lienzos, grabados y esculturas. El arte urbano les permite moverse por otras disciplinas como el diseño, la ilustración, la plástica y el tatuaje.

6. Existen decretos sobre grafitis en Bogotá

Tal vez le suene o recuerde el nombre de Diego Felipe Becerra, el joven grafitero que en 2011 fue asesinado por un policía mientras pintaba. Después de aquel acontecimiento, la gente comenzó a entender que quien realiza este tipo de representaciones, no es ni un ñero ni un gamín, simplemente es un artista.

De ahí nacieron los decretos 075 de 2013 y 529 de 2015 que estipulan los acuerdos necesarios entre propietarios de muros y artistas, además de los planes anuales de trabajo para el fomento y el seguimiento artístico.

7. Hay un citytour para ver los grafitis

Si un día quiere ver este tipo de obras de una forma instructiva, puede asistir al Bogotá Graffiti Tour. Hace 4 años el artista australiano Crisp decidió crear un recorrido por los mejores grafitis del centro histórico de la capital, como una forma de apoyar a los artistas callejeros locales.

Este funciona todos los días, inicia desde el Parque de los Periodistas y se compone de 30 paredes, el 10 por ciento son obras de extranjeros. La mayoría de asistentes son turistas inusuales que desean salir a conocer la cultura y untarse de lo que ocurre en las calles.