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18 de septiembre de 2009

Una mujer que no me vio

Por: Andrea

Los saludo de nuevo. Quiero contarles que la invitación que me hicieron a Italia sigue en pie y es pronto pero no voy a dejar de escribirles, igual es en una semana y ya me las arreglaré para buscar un café internet. Los italianos son unos papasitos, cuando hablo con otras amigas que han viajado un poco más que yo, me dicen que hasta el barrendero es un bizcocho. Más que los argentinos, ¿será verdad? Como sea, es un viaje que siempre he querido hacer como también quiero ir un día a Las Vegas, me cuentan que allí están las mujeres más lindas del mundo. También me contó un cliente que hay muchas putas y que todas son divinas. Debe ser una locura esa ciudad y aunque no se debe parecer en nada a Italia, me gustaría ir.  Me imagino que en eso nos parecemos, la idea de viajar me gusta mucho y como les digo, siempre le pongo mucho cuidado a todos mis clientes cuando hablan de sus viajes, de ciudades raras, porque me gusta aprender. Yo trato de aprender todo el tiempo, por mí y por mis clientes. No me gusta que crean que soy menos que ellos, me gusta que se sientan que están con una mujer preparada. Admito que no soy una gran lectora, no soy de ir a comprar libros, pero sí me gusta oír mucho a gente que puede saber más que yo. Igual, creo que soy buena estudiante y aunque no soy de las mejores sí soy mejor que muchos de mis compañeros.

Me preguntan qué cómo hago con la universidad si voy a Italia. Nada, pido un permiso y digo que me ausentaré una semana. Solo tengo un par de trabajos por entregar y los puedo dejar listos. Algún día les contaré qué estudio aunque más de uno, en sus comentarios, ya medio saben qué es. Me pregunta Elías Barrera que cómo hago para estudiar y trabajar. No me parece difícil. Normalmente los servicios son muy de noche (también tengo clase de noche pero no todos los días), pocas veces alguien me va a llamar a las siete de la mañana y me va a dañar mi clase de siete. Es más de coordinar tiempos. Los fines de semana, viernes y sábado, trabajo mucho, pero siempre tengo clase hasta mediodía.

Les cuento que siempre ando en taxi. Voy y vengo en taxi aunque la universidad no me queda lejos de mi casa. No sé, a veces me da pereza bajar a la séptima a coger un bus y lo mismo de regreso. Un tal Braulio me insulta y me dice que no soy superior a 50 mil pesos. Mi tarifa, ya les había contado y más desde unas semanas para acá, no baja de 350 mil pesos la hora. Cuando digo que no baja es porque si es extranjero le puedo cobrar más porque a ellos no les importa. Pagan en dólares aunque por estos días no es buen negocio pues está bajando mucho. Yo me cuido hasta en eso. Si el dólar baja, me toca ver cómo manejo la cosa para al hacer el cambio no salir perdiendo. Plata es plata, y sigue insultándome que no sacas nada. Pero en una sola noche, con un solo cliente, me he llegado a ganar hasta 3.000 dólares. Me acuerdo que llegué a su hotel tipo 8 de la noche y salí a las 4 de la mañana. No todo es para mí, la página se queda con un porcentaje , pero fue muy buena plata.

Ricardo Aya, en los comentarios, me pregunta que si estoy preparada para hablar de cualquier tema. De cierto modo, sí. Trato de leer el periódico todos los días, revistas de todo tipo además de las de farándula y chismes que me encantan. Y veo noticieros con juicio. En revistas como Caras, Tv y Novelas y Jet-Set sale más de uno con el que he estado. Por lo menos estoy informada de lo que pasa a diario. No soy experta pero jamás pasaré por ignorante. En estos días un cliente me enseñó sobre vinos, por ejemplo, y es muy rico saber distinguir entre un Malbec y un Cabernet. No sabía mucho (no es que sepa ahora demasiado) pero antes tomaba vino sin fijarme qué era o de qué país venía. Me gusta aprender y no me molesta decirlo.

¿Que si he estado con un transexual? No, jamás. ¿Que si he estado con dos homosexuales? Sí, ya les conté que una vez me llamó un tipo pero lo que quería era que yo viera cómo se comía a su novio. Lo puso en cuatro y yo simplemente vi. ¿Que cuál es mi amor platónico? Es difícil, de actores me gustan muchos, tipos buenos es lo que hay como el esposo de Demi Moore, es delicioso, me lo comería gratis. Mmmmm! Me preguntan por facebook, el grupo que creó un admirador mío a quien aprovecho para mandarle un beso, se llama “Yo también leo el diario de Andrea”. Te agradezco mucho de verdad y a través del perfil de una amiga he tratado de ver la cara de todos y todas las que me leen y que están en el grupo de facebook. Los quiero mucho, hay hombres muy guapos y mujeres divinas también, salen muy bien en las fotos.  Lo de salir en SoHo, le he pensado demasiado, tal vez lo haga con un antifaz, eso es lo mejor. Pero lo quiero hacer solo cuando decida terminar este blog, antes no. Ya casi llevo nueve meses escribiendo, la respuesta ha sido impresionante y espero ver hasta dónde puedo seguir.

Quería contarles una experiencia que tuve anoche. Me llamaron para hacer un trío. Ya les he dicho que esto es más normal de lo que ustedes creen. Tiro muchos con tipos pero me llaman muchas parejas también, con algunas he repetido pero la de anoche era la primera vez. Ella aceptó compartir a su marido con una puta pero para no “rayarse”, según me dijo, prefería no ver. Por eso, desde que entré, el marido fue el que me recibió y ella ya estaba en la cama con un tapaojos. Me dijo que no quería saber cómo era yo, que solo estaba haciendo esto por su esposo y que por eso no quería guardarse imágenes desagradables que pudieran dañar su matrimonio más adelante. Yo la tranquilicé y le dije que pensara que es solo una fantasía y que su esposo la quería era a ella. El esposo le decía lo mismo y mientras le daba besos en la frente y en la cabeza, la fue relajando. El dijo en voz alta que siempre soñó ver a otra mujer haciéndole sexo oral a su esposa y que eso era lo que más quería. Yo le pregunté a ella si estaba de acuerdo y me dijo que sí pero que yo tuviera paciencia porque estaba estresada.

Me quité la ropa, su esposo también se desnudó y con cuidado él la desnudó a ella. Yo me incliné le abrí las piernas, pasé mi lengua desde sus tobillos hasta bien arriba pero sin lamerla. Ella seguía tensa y su esposo no paraba de decirle que se relajara. Y seguí en lo mío, le lamí las piernas y al llegar de nuevo arriba, me concentré en su cuca. La lamí con mucha delicadeza, conciente de que ella necesitaba su tiempo, le pasé los dedos por encima y al rato noté su humedad. Cuando la sentí mojada metí un dedo y la masturbé con mucho cuidado intercambiando con la lengua. En esas, el esposo ya estaba totalmente erecto y se puso detrás mío. Se puso un condón y me lo metió. El tipo estaba arrecho de ver que su esposa se estaba enloqueciendo, ella comenzó a moverse desesperada y pegaba gritos de placer con mi lengua ahí. Ella misma se cogía las tetas con sus dos manos y se vino mucho, me trato casi de ahorcar encerrando mi cabeza con sus dos piernas. El esposo no se aguantó y se vino también. Ella jamás se quitó el tapaojos, solo se recogió un poco, se puso de medio lado y trato de taparse con una sabana, como si quisiera protegerse. “Delicioso”, dijo y le preguntó a su esposo: “¿te la comiste rico?”. El esposo , jadeando de placer, respondió que sí, que su fantasía estaba cumplida. Luego la abrazó y se besaron. Sentí envidia. Ella hizo eso por amor. Noté, como pocas parejas, que realmente se querían. No pasa con todos los tríos que hago. Ella, que nunca me vio, me inspiró esta historia.

Les deseo un feliz fin de semana y desde ya les cuento que tengo mucho trabajo. ¿Ya fueron a Andrés D.C? Les contaré la otra semana cómo estuvo mi fin de semana. Un beso.