Hay dos cosas que sorprenden de entrada sobre Cayetana Rocha. La primera es que a los 38 años siga teniendo semejante cuerpazo, algo que queda en evidencia en estas imágenes que le tomó su amigo Pizarro. La segunda es su versatilidad, que se descubre cuando cuenta que antes de abrir Tigre León Pantera, la marca de accesorios de joyería que tiene hoy, trabajó en la industria del cine, fue fotógrafa de revistas colombianas y extranjeras, y hasta se animó a torear vaquillas en encierros pequeños.
Cayetana es bogotana de padres bogotanos, cachaca de verdad. Creció en Achury Viejo, una finca de su familia a las afueras de la ciudad que dio nombre a una importante ganadería de toros de lidia. Recuerda que uno de los momentos más tristes de su vida fue cuando su papá le informó que se irían a vivir a la ciudad. Primer cambio brusco: ya no podría jugar entre perros y vacas ni montar en su poni, Pirulina.
Se enganchó con la joyería cuando estudiaba en el colegio. “En el Campoalegre”, aclara, el segundo por el que pasó y del cual salió para irse a validar. Siguió tomando clases de joyería durante años, pero se inclinó por el cine y la fotografía para su vida profesional, pues se había enamorado de las cámaras al ver cómo grababan en su finca algunos capítulos del programa Revivamos nuestra historia.
Vivió en Inglaterra y en España. Estudió en el London International Film School y en la Escuela de Fotografía y Centro de Imagen de Madrid (EFTI). Se casó, se aburrió y se separó. Trabajó con el director Sergio Cabrera. Publicó sus fotos en revistas como Cromos, Jet-Set y Marie Claire. Y se devolvió a Colombia después de una década por fuera, retomó sus clases de joyería y creó Tigre León Pantera (
www.tigreleonpantera.com) junto con las diseñadoras Alejandra Peralta y Carolina Lloreda.
“Nunca me dejó de gustar —dice Cayetana—. El taller de joyería estaba guardado en el cuarto de san alejo. Lo volví a sacar no solo porque me encanta, sino porque me permite ser independiente, manejar mi tiempo y trabajar a veces en el taller y a veces desde la finca, con los perros, los caballos y los toros”.