Quiso hacer un desnudo artístico de su novia, Norma Nivia, a quien conquistó hace dos años en una sesión de fotos, haciendo alarde de la envidiada ética del fotógrafo que le impide involucrarse sentimentalmente con sus compañeras de trabajo. Buscando las mejores posiciones, se le ocurrió que las conseguiría suspendiéndola sobre apoyos que la hicieran ver como si levitara. Jugó con el contraste de su piel cambiándole el tono del pelo; en unas fotos aparece con él rubio y en otras usando una peluca negro azabache, como insinuando esos dos lados que cada uno lleva por dentro y que intercambia según la ocasión. Lo mismo que su inconsciente lo llevó a utilizar un brillante en el lóbulo derecho, hizo que montara un fondo de diamantes. Realzó la desnudez blanca de la modelo y le dio un halo de, como él la llamó, "diosa del fashion". Y eso es Norma Nivia, una de las más importantes y cotizadas modelos del país.