28 de mayo de 2025
Opinión
Rompe la rutina
Redescubre el deseo con una cámara como cómplice y el placer como guión.
Por: Redacción Soho
Por María Lucía Tarazona, Autora best-seller y Experta en
¿Quién dijo que una cámara solo sirve para selfies o reels? En manos creativas, puede ser tu pasaporte al edén. El aniquilador número uno de la pasión no es la edad, ni los hijos, ni el trabajo. Se llama rutina, y viene vestida de agenda, pijama de franela y sábados de mercado. Pero tú no viniste al mundo a bostezar bajo las sábanas. ¡Viniste para recrearte!
¿Y si te dijera que todo lo que necesitas para prender la llama es una cámara, un poco de imaginación y muchas ganas de romper el guion? No hace falta ser un fotógrafo. Solo necesitas una historia de amor y el deseo de convertir tu habitación en un set sagrado… o salvaje.
Aquí van tres rituales eróticos que, inspirados en el taoísmo, el tantra y la bioenergética, te invitan a usar el lente no como testigo… sino como cómplice.

1. La diosa revelada (Tantra)Prepara un altar con velas, flores y aceites aromáticos. Ella entra en escena, envuelta en seda o en absolutamente nada. Él toma la cámara, no para poseerla, sino para venerarla. Cada clic es un mantra visual. El objetivo no es el porno: es el éxtasis místico de capturar el alma femenina en su expresión más vulnerable, sagrada y erótica.No se trata de posar, se trata de sentir. Ella abre su corazón, su cuerpo y su mirada. Él aprende a verla como no la ha visto nunca.
2. El ritual del fuego interior (Bioenergética)Pongan música tribal. Desnúdense, pero no del todo. Suelten el exceso de control, griten, sacudan el cuerpo, sacudan la rutina. Hagan un ritual de movimiento libre, donde la cámara grabe solo lo que ambos acuerden. El objetivo: sudar la represión.Después, mírense. Respiren juntos. Vean un fragmento del video. Rían. Excítense. El cuerpo sabe lo que necesita. Solo hay que dejarlo hablar.
3. Juego de sombras (Taoísmo)Apaguen la luz. Enciendan una sola vela. Coloquen la cámara de forma que solo registre siluetas. Ella danza. Él la admira. Se convierten en sombras que se buscan, se rozan, se exploran. El taoísmo enseña que el misterio alimenta el deseo.No graben todo. Graben poco. El juego está en la sugerencia, no en la exposición.Después, vean la escena juntos y háganse una promesa: nunca dejarán que la pasión se duerma sin antes haberla despertado con arte.

Una advertencia: esto no es para tibios. Es para valientes que quieren convertir su cama en un templo. Para hombres que entienden que el placer no se programa, se provoca. Y para mujeres que están listas para ser vistas como lo que son: obras de arte vivas.
Envíale esta columna. Las revoluciones se hacen de a dos.
Y si quieres más ideas para activar la imaginación en la cama, sígueme en Instagram: @by_marialu.Que el deseo se vuelva ritual. Y el ritual… una obra maestra.