5 de mayo de 2025
Opinión
Toxina botulina, una aliada clave para quienes quieren lucir y sentirse jóvenes
Una solución segura, efectiva y personalizada para prevenir arrugas y mantener una apariencia fresca y natural.
Por: Redacción Soho
Por: Doctor Andrés Tobar
La toxina botulínica es el inyectable más utilizado en el mundo con fines estéticos y, al mismo tiempo, uno de los que más mitos y preguntas ha generado. En mi opinión, es uno de los métodos antienvejecimiento más efectivos que tenemos a nuestra disposición.
Esta sustancia actúa disminuyendo temporalmente la fuerza y contracción de los músculos en los que se aplica, de manera totalmente reversible. Como resultado, hay una menor gesticulación del rostro, lo que se traduce en una menor formación —o profundización— de arrugas.
Las arrugas son uno de los principales signos del envejecimiento, y gran parte de los tratamientos médicos y quirúrgicos están orientados al control de este rasgo físico. Muchas veces les explico a mis pacientes que la piel es como una hoja de papel: cuanto más se mueve, más se arruga. Es una explicación sencilla —demasiado básica para los expertos—, pero suele ser bien recibida.

Sin embargo, es importante aclarar que las arrugas no se deben únicamente al movimiento. Existen procesos fisiológicos en los que componentes de la piel y el tejido conectivo, como el colágeno y la elastina, cambian tanto en cantidad como en calidad. Esto forma parte del proceso natural de maduración y envejecimiento.
Dado que su uso se ha vuelto muy popular, la toxina botulínica ha sido objeto de numerosos mitos y creencias erróneas, muchas veces impulsadas por personas inexpertas o por comentarios sin fundamento. La realidad es la siguiente:
NO
- No es un relleno
- No deforma el rostro
- No tiene un efecto permanente
- No sustituye una cirugía
SÍ
- Disminuye las arrugas dinámicas (las que se forman con el movimiento)
- Es reversible
- Ralentiza el proceso de envejecimiento
- Puede suavizar la expresión facial (como el aspecto de seriedad o mal humor)
- Debe ser aplicada por personal capacitado y con experiencia
El objetivo de la toxina botulínica no es paralizar el rostro ni generar un efecto de “estiramiento”. Por el contrario, una aplicación correcta ofrece un aspecto natural, con menor fuerza en las expresiones faciales, lo que se traduce en menos arrugas con el tiempo. Para lograr este resultado, el especialista debe aplicarla en puntos estratégicos, de acuerdo con el diagnóstico individual, la edad, las características físicas y el género de cada paciente.

La toxina botulínica puede ser utilizada tanto por hombres como por mujeres. En el caso de los hombres, se busca aplicarla de forma localizada en zonas donde las arrugas proyectan una imagen de mayor edad o seriedad (el llamado “rostro bravo”), como las patas de gallina, el entrecejo o la frente. En mi experiencia, entre el 30 % y el 40 % de los pacientes que consultan por este tratamiento son hombres, y este porcentaje sigue creciendo.
Creo firmemente que las herramientas que hoy tenemos para mejorar el aspecto físico y disminuir los signos del envejecimiento son válidas, siempre que se utilicen de manera responsable. Verse y sentirse bien forma parte de la autoestima y el amor propio.
No le tenga miedo a los inyectables. Solo asegúrese de consultar con un profesional experto.