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29 de noviembre de 2016

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Tirar con tres hombres

Voy a contarles, entonces, cómo fue la primera vez que tiré con tres tipos. Eso fue hace un buen tiempo y fue extraño (como muchas cosas que pasan en mi trabajo).

Por: Andrea, la prepago
| Foto: Diego Cadavid

Todo empezó como un servicio más, la llamada de rutina y la advertencia que se trataba de una despedida de soltero, que la idea era hacer un show, bailar delante de un grupo de gente y luego, si el que se casaba quería, pues ya yo arreglaba con él un eventual polvo.

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Acepté aunque no me matan este tipo de situaciones pues siempre hay más de un borracho que se las quiere dar de vivo y cuando una está bailando pues mandan la mano o lo que sea, o empiezan a hablarme como si fuera una amiga y todo para sacarme un polvo gratis y eso ya me lo sé de memoria y por eso a veces evito esto.

Pero esa vez acepté, era como por la carrera 19 abajo de la 103, como por ese bodytech gigante. Llegué al apartamento y para mi sorpresa también habían mujeres (normalmente la despedida de solteros es de solo hombres, pero bueno).Llegué de una, me recibió un tipo que me dijo que qué necesitaba y yo le dije que nada, solo música para empezar a bailar.

Yo oía los murmullos y las sonrisas burlonas de las mujeres que me imagino nunca habían visto a una puta! si supieran que sus novios o esposos tenían toda la pinta de conocer el gremio entero!, pero aún así no me dejé intimidar y cuando pusieron música electrónica y me señalaron al soltero, comencé a bailar y me concentré solamente en él.

Me fui quitando las botas, después la camisa negra, luego la minifalda y me demoré bailando así un buen rato ante la mirada de todos. Cuando vi que más de una no paraba de sonreír, me les acercaba y les bailaba enfrente y les ponía mi culo en la cara para que, o se callaran o se arrecharan, una de dos. El hecho es que todos gritaban, aplaudían y más cuando quedé en topless y comencé a pasarle las tetas por la cara del soltero que apenas se reía y me las tocaba con pena ante la montadera de los demás. 

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Después vino lo mejor del show y fue quitármela tanga negra que tenía. Siempre que hago estos bailes me pongo de espaldas a la gente pues sé que mi culo es delicioso y así me la empiezo a bajar lentamente, me inclino casi toda hasta que la tanga queda en los tobillos y así no solo pueden ver mi culo sino mi clítoris, un espectáculo que solo permito por unos segundos. Después me paro, recojo mi ropa y siempre busco el baño para vestirme de nuevo.

Así lo hice pero al minuto ya me estaban golpeando en la puerta del baño. Era uno de los amigos del soltero, yo abrí ya casi vestida y el tipo me dijo que yo era una verdadera profesional, que había dejado arrecho a todo el mundo y él, en medio de su embriaguez, se bajó la cremallera y se sacó la verga parada y me dijo algo así como “mira cómo me dejaste”.

Yo le dije que me alegraba, etc, pero que ya había bailado y que era hora de irme. Él me dijo que no, que el soltero quería estar conmigo y que de una, en una habitación que había un poco separada de la sala. Yo le advertí cuánto costaba y me dijo que no había problema.

Me pagó en efectivo y me fui para la habitación mientras la demás gente seguía tomando y bailando en la sala. Allá llegó el soltero, ebrio, nervioso y muy arrecho. Me dijo que me quería dar por el culo porque su novia nunca lo dejaba. Le dije que costaría el doble y él aceptó, ahí me pagó lo que era.

Se puso un condón y me obligó a mamárselo (ese sabor a plástico ya es familiar), y de una me puso en cuatro. Yo saqué de mi cartera vaselina y yo misma me unté y le embadurné la verga pues al comienzo duele mucho. Y me la clavó. Yo al comienzo no disfruté mucho porque siempre me duele, pero lentamente me relajé y comencé a arrecharme mucho.

Él estaba feliz dándome nalgadas y me cogía del pelo hacia atrás y de vez en cuando me decía “perra, perra”. El tipo me decía que se quería venir ya pero que quería aguantarse lo más posible porque era su último polvo de soltero.

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Me la sacó del culo, le dije que se cambiara de condón y en esas estaba cuando entró el amigo arrecho que me había hablado en el baño. El tipo, como si nada, le dijo al soltero que él también quería conmigo, que lo dejara, que yo estaba muy buena, en fin. Pero yo me paré por mi ropa porque me habían pagado por estar con uno, no con dos. El tipo dijo que la plata era lo de menos y sacó de nuevo y me dio lo que costaba el polvo.

El soltero le dijo que de una, y yo (admito que estaba excitada pero también pensé que entre el baile y dos polvos en una hora, era muy buena plata) acepté. El amigo se acostó de una boca arriba, ya sin ropa, se puso el condón y me dijo que me sentara encima. Eso hice, mientras el soltero se pajeaba viéndonos. En la sala la fiesta seguía porque se oía música y las viejas gritando.

Yo arriba, estaba muy arrecha, el tipo me cogía de la cintura con mucha fuerza y me chupaba las tetas (mi punto débil), ahí me vine, pero mientras me reponía, sentí que el novio se había puesto detrás mío y me dijo que otra vez me daría por el culo. Yo me negué al principio pero entre los dos me tenían tan fuerte de la cintura que ni siquiera podía moverme. Y el novio me la metió por detrás mientras que yo seguía sentada en la verga del amigo. Para qué mentirles, en esas me vine como dos veces más. Los dos me la metían al tiempo.

Estaba mareada, de lo arrecha estaba casi perdiendo la estabilidad, quería y no quería parar, los tres estábamos sudando y fui ahí cuando entró el tercero. Otro amigo más que al ver semejante escena, cerró la puerta, se bajó los pantalones y dijo que se unía. Yo volví a negarme, nos separamos, yo quedé sentada en la cama, pero el que entró de segundo insistió en pagarme y sacó aún más plata.

El tercero se puso un condón se hizo encima mío y me lo metió de nuevo. Los otros dos se quedaron ahí viendo, pajeándose, hasta que el soltero dijo que él quería de nuevo. Me puso en cuatro, no me lo metió por el culo esta vez y comenzó a gritar enloquecido hasta que se vino.

Mientras tanto los otros dos me ponían sus vergas en la cara y yo hacía lo posible por pajearlos sin caerme.  El tercero, volvió a metérmelo, yo en cuatro, y el amigo que pagaba se vino ahí pajeándose solo. El tercero se demoró unos 7 minutos más y yo ya estaba mamada, le dije que me quería sentar encima de él y moviéndome rápido lo hice venir de una. 

Fue una noche en la que tuve muchos orgasmos y, sin duda, una en la que gané mucha plata. Nos tocó esperar unos minutos antes de salir a la sala de nuevo donde los demás nos miraban con cara de “quién sabe qué  estaban haciendo”. Y tenían razón.

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