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12 de diciembre de 2006

Diana Ángel

31 años. No se creería viendo sus fotos. Otra cosa es cuando se le oye hablar, madura y recorrida (en el buen sentido de la palabra). Se hizo célebre en los patios del Jimmy Carter, el colegio del programa Francisco el matemático, aunque su debut fue mucho antes, por allá en 1995, en Clase aparte, serie que también retrataba historias colegiales. Hoy es Leticia en La hija del mariachi, donde es la mejor amiga y confidente de Rosario. Diana tiene un Emmy —sí, uno de esos que da la televisión gringa— y la verdad, no se ufana de ello.

Por: Fotografía: Hernán Puentes © 2006
| Foto: Fotografía: Hernán Puentes © 2006

¿Cómo fue su primera vez?

Es una pregunta que siempre les hacen a las mujeres. Yo quisiera hacerle este test a un hombre a ver si se acuerda. Fue a los 17 años, con un novio con el que duré cuatro años. Lo hicimos en mi casa. Por fortuna siempre he podido vivir una sexualidad abierta, así que se lo conté a mi mamá antes y después. No lo hice hasta sentirme muy segura.

¿Lo ha hecho sin condón por la premura del momento y después se ha arrepentido?

No quiero ser puritana porque puede quedar un test muy moralista, pero el cuerpo es invaluable. Para mí, los condones han sido primordiales siempre. Nunca he dejado de cuidarme. La única vez que lo hice sin condón fue cuando me casé, porque estábamos buscando un hijo. Luego de tenerlo, seguimos haciéndolo con condón.

¿Ni siquiera ahora que tiene esposo?

La gente cree que si uno está cinco años con un novio, esos cinco años son la vida, pero antes de esos cinco años yo no sé nada de la vida del otro ni el otro de la mía.

¿Qué tipo de ropa interior le gusta?

Me gusta la ropa interior bonita, los colores son clave, por ejemplo. Me gusta mucho el tipo de ropa con la que salgo en estas fotos. La ropa interior de encajes. Que insinúen y no que muestren, que si me van a desvestir que se tomen realmente la molestia de desvestirme.

¿Algún hombre no se lo ha querido dar?

No sé, no creo. Nunca he tenido que hacer un esfuerzo monumental por estar con alguien. Al contrario, llegan. Creo que más bien se les vuelve a ellos un misterio estar conmigo.

¿Ha estado con una mujer? ¿Le suena la idea?

No he estado, pero sí tengo una afinidad con las mujeres, me gusta tener amigas. Las mujeres somos muy sexuales entre nosotras mismas. Se podría decir, en el caso de mis amigas, que somos novias entre todas. No afirmo que no me gustaría porque puede ser una experiencia divertida. Las mujeres son mucho más afectuosas, más de piel, de sentir, de retardar momentos, no hay afán. Con las mujeres el preámbulo es muy importante.

¿Pero le ha dicho algo al respecto alguna mujer?

Claro, muchas veces. No propuestas concretas, pero siempre me están dando besos y me abrazan y me dicen Dianita, hermosa, mamacita.

¿Le gusta masturbarse?

Sí, por supuesto.

¿Qué usa?

La mano, no hay artefacto mejor. Tal vez haya un vibrador extremo que te haga vibrar hasta la cabeza, eso no lo he tenido. Yo he hecho una campaña muy fuerte para convencer a la gente de que la masturbación es importante. Hay que saber de qué manera se puede dar placer a sí mismo. Incluso masturbarse frente a alguien es divertido. Es delicioso también meterse en una tina y masturbarse mientras se siente el agua caliente.

Su fantasía más recurrente...

Poderme ir en un viaje muy largo por el mundo y tener sexo en los mejores hoteles, en un crucero. Escaparse, hacerlo en cualquier lado: un parque, en la playa, donde sea. Si la gente tuviera una sexualidad más abierta y más tranquila, viviría más feliz. Una fantasía tipo que si lo hago sobre una mesa de billar o algo por el estilo sea irrelevante. Para esa gracia me compro una mesa de billar y lo hago toda la noche, aunque qué incomodidad.

Hablemos de sexo anal. Lo ha practicado

No, y creo que debe doler horrible. Alguna vez alguien me lo preguntó. Yo le dije que listo, que tal vez cuando estuviéramos listos lo haríamos, pero en realidad soy floja para el dolor, por eso no me llama la atención.

¿Habla durante el sexo? ¿Qué le gusta decir y que le digan?

Hablar es clave. Es vital decir lo que te sale directamente de las entrañas. En el sexo no te puedes callar.

¿Cuál es la expresión que más usa?

No sé, depende del momento. Muchos gemidos, pero no podría decir una frase concreta. En determinado instante puedo decir: ¡más!, o pedir que ya no más.

¿Voyerista o exhibicionista?

Podría llegar a ser más voyerista que exhibicionista. No soy de mirar a alguien, pero el voyerismo está en todos los seres humanos.

¿Cuál es su posición preferida?

Uno siente muchísimas cosas cuando nos dan la libertad de no ser la mujer que está abajo. Estar arriba es maravilloso, sentir que se siente el control de la situación.

Entonces, ¿se le dan fácil los orgasmos, en especial cuando está arriba?

No necesariamente. Puedo estar abajo y tener un orgasmo igual. Eso está más en la cabeza.

¿Con cuántos hombres lo ha hecho?

Pregunta para no responder, no sé. Siempre nos preguntan eso y es muy raro, porque ¿qué importa? Si he estado con muchos hombres creo que le va a ir mejor a mi pareja. Sé el número exacto, pero no es relevante.

¿Qué percance sexual ha sufrido?

Tener sexo con un hombre que esté borracho y que se queda dormido.

¿La han pillado en plena?

Una vez estaba con mi novio en mi cuarto y entró mi mamá. Alcanzamos a taparnos y ya. Cruzamos dos palabras y mi mamá se fue. Fue jarto, pero no tanto. Como ya dije, en mi casa siempre manejamos la sexualidad de forma abierta. Es más incómodo para el que abre la puerta que para el que pillan.

¿Le gusta motelear?

Me parecen excelentes. Los descubrí ya muy grande porque nunca tuve la necesidad de esconderme. Ir a un motel es divertido, porque es el único lugar hecho para que las personas vayan a tener sexo.

Sabiendo eso, ¿cuál es el mejor cuarto de motel en el que ha estado?

Uno que tenía jacuzzi, música, cama redonda y lleno de espejos, todas esas cosas que uno se imagina. Los espejos son maravillosos porque uno se puede ver. El voyerismo no es ver a otras personas, sino verse a uno mismo.

¿Se ha filmado alguna vez?

Jamás, y menos con lo que le pasó a Lully Bosa y a Carla Giraldo. Puede ser divertido verse; pero eso lo soluciona un espejo. Además, trabajo todo el día con cámaras y lo último que querría ver mientras tengo sexo es una cámara.

Los tres mejores sitios donde ha tirado...

La isla de Providencia, la primera que lo hice en mi propio apartamento y un cuarto de hotel en Buenos Aires. Los hoteles son mágicos.

Los sitios donde más le gustaría tirar...

En una playa nudista, en un crucero por el Caribe.

¿En la cubierta, o en el cuarto?

Tocaría hablar con los dueños del crucero a ver dónde dejan.

¿Ha sido infiel? ¿Hasta qué punto?

Sí. Somos infieles por naturaleza, lo que pasa es que lo podemos controlar. No llegué a acostarme, pero fui muy infiel con mis pensamientos y mis sentimientos, que creo que es más grave. Físicamente alcanzamos a darnos besos.

Un hombre le hace una embarrada y quiere vengarse sexualmente de él. ¿Qué le haría?

La mejor manera de vengarse es esperar, el tiempo te da todo. Cuando obras mal, la vida te la cobra. Salir desnuda en esta revista va a hacer que muchos hombres que me dejaron digan: cómo está de bonita, esa es una forma de venganza. Ni siquiera voy a saber si me vengué o no, ellos lo sabrán.