18 de noviembre de 2008

Ideas para que Colombia sea una potencia

Mientras el mundo tiembla por la recesión económica, Andres Restrepo explora los problemas de nuestro paísy, libre de compromisos con cualquier partido político, nos da las claves para convertir a Colombia en una superpotencia

Por: Andrés Restrepo
| Foto: Andrés Restrepo

Desde que me acuerdo, presidentes, ministros, congresistas y Regina 11 han asegurado tener la fórmula para llevar a Colombia al primer mundo, al lejano paraíso de los países desarrollados. Sobra decir que, mal que bien, todos han fracasado estruendosamente excepto Regina 11, que no ha tenido (aún) la oportunidad de implementar sus ideas para asegurar la prosperidad de los colombianos. Para que abandonemos definitivamente ese lastimero calificativo de "país tercermundista", o el ingenuamente optimista "país en vías de desarrollo", propongo la adopción inmediata de las siguientes iniciativas, que si bien pueden parecer poco sofisticadas, son una dicha para el espíritu. Para darle apariencia de documento trabajado, va por temas:?

Transporte
 
¿Quién dijo Plan 2500? ¿Para qué Túnel de la Línea? (En general, siguiendo la política de nuestro ministro del ramo, ¿para qué vías). Demos un verdadero empuje al sector transportador encarnado en el gremio de los taxistas, instalando máquinas cambiadoras de billetes en todas las esquinas del país. Todos ganamos: de un lado evitamos las pérdidas asociadas a los 15 minutos que bota a la basura cada gentil y gallardo taxista, cada vez que un grosero y desconsiderado pasajero intenta el abusivo acto de pagar una carrera de 4.000 pesos con un billete de 5.000. Y del otro lado, los pasajeros nos evitamos la infinita verraquera que produce la displicencia de estos señores cuando, mirada al frente como si el problema no fuera con ellos, se despachan un "no tengo cambio. Mire a ver quién le cambia el billete". ?

Telecomunicaciones

Ni tercer canal, ni televisión digital. Este sector se revolucionará cuando alguien le regale una agenda a la gente de Telmex (puede ser con tablas de conversión de pesos y medidas al inicio… por tradición), para que descubran esa maravilla que son las horas. El choque positivo de productividad sobre la economía será magnífico: en lugar de perder mañanas y tardes enteras esperando a estos señores que solo son capaces de programar servicios técnicos "en cualquier momento de 7 de la mañana a 12 del día", ahora los colombianos perderíamos solo una hora. Igual se perdería, porque si los técnicos de Telmex no aparecen en toda una mañana, no creo que cumplan una cita de 11 a 12. Pero, ¿entre perder una hora y perder cinco?

Sector Financiero

¿Cuál es el arquitecto que convence a todas las entidades financieras del país para que construyan sucursales con 15 ventanillas de atención, si los días de quincena a mediodía los directivos del banco deciden que lo mejor es poner solo dos cajeros? Además, uno de los dos está contando billetes y poniéndoles cauchitos en lugar de atender la fila que se sale de la oficina. Pero ese es otro tema. Multipliquen el costo de estas 13 ventanillas hoy olímpicamente desperdiciadas por el número de sucursales bancarias en el país. Con los ahorros en costos de construcción gracias a una norma que prohíba hacer oficinas con más de dos ventanillas, los bancos van a empezar a regalar créditos de vivienda. La cosa ahora será la fila para ir a pagar la cuota del crédito, pero el desarrollo tiene sus costos.

Medios de Comunicación

Me parece bien que los capitales extranjeros se interesen por nuestros periódicos. Digo "se interesen" en términos del negocio, porque si efectivamente los leyeran difícilmente se interesarían en su contenido. En todo caso, transacciones de este tipo son señal de confianza en el país y sobre todo de que los españoles ya no saben qué hacer con la plata. Sin embargo, una cosa es que hagan lo que quieran con su plata y otra que den la impresión de que a nadie le importa lo que se publica en sus medios.

Propongo entonces una ley que obligue, por lo menos a los dueños de El Tiempo, a contratar un profesor de español varado o al menos un estudiante en práctica, para que le pegue una leída al periódico antes de mandarlo a imprimir. Hoy en día se puede jugar con la señora al que primero encuentre cinco errores evidentes en el periódico del día: fallas de redacción, fechas y cifras equivocadas, frases incompletas y noticias repetidas en una misma edición. Mi esposa, más estricta, usualmente gana con registros inferiores a los 3 minutos y 30 segundos. El último domingo del año pasado estableció 2 minutos con 40 segundos: es esa edición en que se nota que rellenan noticias a la fuerza para poder irse temprano para la casa. Incluso propongo darle un espacio al chavista que todos tenemos dentro: si El Tiempo tiene el descaro de volver a publicar "Al cierre de esta edición el partido Santa Fe - Cali no había terminado" (como si las noticias tuvieran horario de oficina), deberíamos expropiarlo y entregárselo en comodato a Pirry. ?

Exportaciones

Todo el mundo cree ser la mata del ingenio y el humor cuando propone (otra vez) la conquista de los mercados internacionales a punta de Frunas, Chocolatinas Jet y Pony Malta. La cruda realidad es que seguimos siendo el país de Ana y Jaime: café y petróleo. ¿Qué hacer? Para que vean que la Seguridad Democrática sí es una doctrina (a partir de esta idea, José Obdulio prácticamente va a poder fundar una religión), podemos aplicar sus principios al comercio exterior, persiguiendo y criminalizando a todos los productores y comercializadores de achiras, gelatina de pata, chontaduro y, en general, todo producto autóctono de estas tierras. ¿Beneficios? Casi infinitos. El Presidente podría dejar de prometer auxilios a cuanto gremio llore en los consejos comunales. Dispararíamos el precio de estos productos y garantizaríamos que las hectáreas cultivadas crecieran año a año sin interrupción. Y en el exterior ya no nos gritarían "¡Colombiano narco!", sino cosas más autóctonas, más del alma: "¡Colombiano uchuvero!". "Con un aguardiente y casquitos de naranja", responderíamos orgullosos.

Capital Humano

De poco sirve seguir insistiendo en ampliar la cobertura escolar, mejorar la calidad de los profesores, hacer inversiones en computadores y material didáctico, si ningún papá del país tiene idea de si su hijo está aprendiendo algo en el colegio o fumando escondido mientras capa clase. ¿Quién ha entendido si al fin se pierde año o no? ¿Si un estudiante debe tres "logros", eso es bueno o malo? ¿Al fin se califica con letras o números? ¿Una nota de A es motivo de orgullo por ser la primera letra del abecedario o es la mediocre inicial de Aceptable?

A mí el reggaetón me indica que la cosa con la educación de nuestras futuras generaciones va mal, pero ¿cómo vamos a saberlo con certeza? Yo propongo, simple y humildemente, regresar a los números. Que el famoso aforismo "Seis es nota, lo demás es lujo" vuelva a ser la guía y norte de los estudiantes de Colombia. Verán entonces cómo más de una mamá pone a estudiar a su niño como si no hubiera mañana, al darse cuenta de que cuando el bebé se ponga al día con los logros pendientes tendrá 32 años. Y ante eso no hay método pedagógico ni hipnopedia que valga. Se lo digo con conocimiento de causa: biología, cuarto de bachillerato, gracias.

Idioma

No voy a abogar aquí por un país de impecable castellano. Que los habitantes de un país hablen bien o mal poco tiene que ver con que su economía crezca. De hecho hay regiones de la China donde los habitantes tienen un manejo del español peor que El Tiempo, y a pesar de eso China es la nueva potencia económica mundial. Me pide la embajada china que aclare que esta comparación solo es válida en algunas regiones aisladas.

Hablemos mal o bien, lo que debemos hacer los colombianos en este aspecto es hablar menos. El tiempo que recuperemos con esta medida, perdido hoy oyendo horas de palabras inútiles, hará palidecer los logros del TransMilenio en términos de mayor tiempo de las personas con sus familias o descansando. No me refiero a callarnos (lo que, pensándolo bien, no estaría del todo mal), sino a que las intervenciones de nuestros políticos, periodistas y hombres públicos sean más cortas, más concretas, que no perdamos más tiempo en giros y expresiones innecesarias:

• Para ir agilizando, empecemos por eliminar encabezados como "Colombianos y colombianas" o "ciudadanos y ciudadanas" en los discursos. El argumento de que un simple "Colombianos" es discriminatorio del género femenino es un absurdo y una absurda. Se lo digo como economisto que soy.

• No más "Honorables congresistas" ni "Excelentísimo Señor Presidente". Es una pérdida de tiempo y una inexactitud flagrante por decir lo menos. En primer lugar, conseguir congresistas honorables (no digamos ya libres) es tarea bastante complicada, y respecto al "Excelentísimo" que usualmente acompaña al "Señor Presidente", sería más exacto un "Regularísimo Señor Presidente" (y a este paso ni siquiera el regularísimo nos va a alcanzar).

• Se prohíben, por repetidas, y sobre todo porque son indicio de culpa, las siguientes expresiones: "el país me conoce", "mi vida es un libro abierto", "me han investigado todos los organismos de control y no me han probado nada", "hablo a título personal y no como funcionaria" y finalmente "Julito, no me cuelgue".

Periodismo deportivo

Aquí necesitamos medidas agresivas que corten de raíz esta vagabundería: a partir de la fecha solo Hernán Peláez puede comentar fútbol y a los demás los mandamos a hacer comerciales de entidades financieras. Punto.

Tradición oral

Cuando la tradición oral de nuestra sociedad fue reemplazada por repetir el mismo apunte (ni siquiera chiste) incansablemente como muestra de buen sentido del humor y de nuestra proverbial picardía, fue que se jodió Colombia. No hay que leerse el libro de Plinio Apuleyo Mendoza para saberlo.

¿En algún otro país del mundo la gente repite hasta el hartazgo en los estadios "Pica más una cobija de lana" cuando el marcador de punta no llega a un balón? ¿Alguien que tenga mas de 12 años se sonríe aún con un nuevo "Pica más un marica en chanclas"? ¿Por qué los futuros calvos tenemos que oír como un acto de genialidad, una y otra vez, el estribillo "¿Quiere verse con pelo en cinco años? Tómese una foto"? ¡No más referencias imbéciles al Alka Seltzer en un masato, la moneda de cuero y salvar el alma porque el cuerpo ya se pudrió!

Prueba ácida: dice un chiste que a cambio de tantas maravillas naturales y riquezas, Dios nos castigó poblando este país de colombianos. Propongo una sencilla prueba para determinar con quiénes podemos contar para salir adelante y quiénes definitivamente son un lastre insoportable para esta sociedad.

La prueba consiste en verificar la actitud de cada persona cuando llega en escaleras eléctricas a un nuevo piso de un centro comercial y se encuentra de frente con algún conocido. Puedo probar que todo el que se queda haciendo visita tranquilamente frente a la escalera, presentando a la señora y a los niños y preguntando "¿Qué más de vainas?" mientras los que vienen atrás se juegan la vida intentando pasar por un lado, son los mismos miserables que parquean en la calle, hacen doble fila cuando hay un taco en carretera, no le pagan salud ni pensiones a la empleada de la casa y hablan de ser "gente". Ahí verán el Ministro de Hacienda y el equipo económico del Gobierno qué quieren acoger de este menú y qué no. No se podrá decir que faltan ideas. Falta trabajo, falta seriedad, falta compromiso, falta mucha cosa, pero ideas hay.