20 de marzo de 2009

Jorge Duque Linares

Siendo completamente franco, me choca un poco escribir acerca del doctor Jorge Duque Linares en esta sección, que se refiere a las razones para NO ver televisión.

Por: Juan Francisco Arbeláez


Me choca porque yo sí lo veo, y lo veo con mucha atención. Es más: el señor Duque es una de las razones para que yo, y muchos otros colombianos, nos peguemos a la pantalla cada jueves en los que se emite su programa en vivo y cada vez que, en horarios de después de las diez de la noche, retransmiten sus sonrisas y sus jocosos apuntes, que solo buscan en los colombianos un cambio de actitud, una Actitud Positiva.

He querido indagar más acerca de él y para empezar, les digo a quienes no lo saben, que el señor Jorge Duque Linares, según su propio currículum, es un educador católico de formación Lasallista, comprometido con la educación en Colombia, especializado en filosofía de la motivación, con amplia experiencia en el manejo de programas de capacitación docente. Eso dice en su página de Internet. Mejor dicho, es un profesor con perfil para colegio de curas. De todo eso, solo hay algo que no entiendo: no entiendo bien lo de "especializado en filosofía de la motivación". ¿Eso acaso es una carrera? ¿Es una especialización en alguna universidad distinta a la de la Universidad de la vida?

En fin, como decía, es todo un profesor. Pero, ¿por qué no enseña materias? ¿Por qué no enseña religión, democracia o geografía? Pues porque él, atinadamente, prefiere meterse en la vida de cada cual para mejorársela y, de paso, ofrecer en venta un libro o un kit de superación y encimar un rosario bendecido por algún cura de parroquia de barrio que, con toda seguridad, le va a arreglar la vida hasta al más desafortunado. Esa es tal vez mi mayor admiración hacia el maestro Duque. El, en sí mismo es una persona adorable que irradia con su sonrisa —nada forzada— un cambio de actitud. No es sino verlo levantar el dedo pulgar al saludar y al despedirse, para que nada más eso baste para cambiar de trabajo. Uno amanece con la determinación firme de decirle al jefe que no trabaja más en esa empresa tan explotadora y que de ahora en adelante uno va a hacer su propia vida y que va a formar su propio camino porque uno está lleno de Actitud Positiva. Qué importa si uno pasa a formar parte del desempleo, ¡con tal de "cantarle la tabla" a la vida! Todo gracias al Gran Conferencista que enseña a "liberarse de las cargas". Por cierto "liberarse de las cargas" es un capítulo que se encuentra en su conferencia número 157. Dicho sea de paso que si uno compra esa conferencia, el señor Duque le encima, además del rosario bendito, dos conferencias más en DVD. ¿Se imaginan? Ese tesoro videográfico no se puede despreciar bajo ninguna circunstancia.

Duque Linares es un verdadero Sensei. Él no es como el profesor Salomón. No. Él al menos se pone saco y corbata y no camisas de satín morado hasta las rodillas. Él no decora su set de grabación con sapos o con loras parecidas a Cecilia López, ni con simbología astral. El set de grabación del Gran Duque es una discreta sala de apartamento en la ciudadela Colsubsidio, con sofás azules y una mesa de centro con velas gordas y de colores que nunca han sido encendidas. Tiene además al respaldo, una imitación de vitral hecha con papel celofán multicolor que le da un toque muy hogareño a sus presentaciones.

Una vez oí que llamaba una señora desde Nazareth (no en Galilea sino en La Guajira) y le decía a Duque que su vida había cambiado desde que veía su programa, pero que persistía el problema de que su hijo "mantenía" un poco disperso. El maestro le contestó que lo mejor para eso era que lo pusiera a oír música clásica y que le comprara un piano para que aprendiera a tocarlo y así fijar su atención. Esa solución fue bárbara. Solo a un señor tan ilustrado y tan consciente del país en que vive se le puede ocurrir que una señora que escasamente puede comprar arroz, tenga la posibilidad de comprarle un piano a su hijo, quien normalmente juega, disperso, con carritos hechos de tapas de gaseosa al son de un vallenato.

Otro de los episodios que me hacen reafirmarme en mi fanatismo por el Doctorísimo fue cuando un señor llamó al aire y acongojado le pidió consejo al Sensei Duque Linares. Le dijo el triste televidente que se sentía muy mal porque no hallaba qué hacer en algunas situaciones de la vida, a lo que don Jorge respondió: "Hombre, acuérdese de todos los libros que escribió Sócrates en los que su gran axioma (así dijo: axioma) era ‘Conócete a ti mismo‘. Eso, mi querido amigo se llama la? …(él deja que su interlocutor termine la frase como todo un docente, ¡pero la termina él mismo!) …mayéutica, sí, señor". Solo un detalle, señor Duque, digo yo: Sócrates no escribió ningún libro.

Por estos y por otros episodios es que me choca un poco escribir en contra de los programas de Actitud Positiva. Porque, lejos de ser una de las razones para no ver televisión, él es todo lo contrario. Yo lo veo juiciosamente para darme cuenta del porqué no lo debería ver.