20 de octubre de 2004

El del mes

El del mes

Sexualidad de la Pantera Rosa
Efraim Medina Reyes
Seix Barral
Biblioteca Breve

Qué se puede esperar de una novela de Efraím Medina. Más de lo mismo: un protagonista holgazán, azotacalles, amante de gordas y mujeres de corazones dentados, hecho de canciones, con veleidades de compositor y muy pocas certezas. Pero eso es precisamente lo bueno de Sexualidad de la pantera rosa: Medina tiene un mundo definido y no renuncia a él. Es el mismo de sus anteriores novelas, pero aquí se nos presenta aceitado, vibrante, sin tantas distracciones formales como en Técnicas de masturbación entre Batman y Robin, y con la rabia y el humor bizarro de Érase el amor pero tuve que matarlo, pero más afinados. Y quizás el mayor acierto: evita que el personaje central soporte toda la acción y se dedica a crear personajes tan atractivos como un predicador con el alma atormentada, un poeta cuya única compañía en las noches es un radio, un matón viejo y una amorosa lesbiana. La última parte, que sucede en París, es algo aburrida en comparación al resto de la novela. Medina tiene una salida (cuando no): "No podía ser de otra manera. París ES aburrida".