10 de septiembre de 2007

El rock en una botella

La popular trinidad "sexo, droga y rock'n'roll" tiene su cuarto eslabón en el Jack Daniel's, un whisky que no es escocés sino americano; que no es de malta sino de maíz, y que definitivamente no está hecho para gente de saco y corbata.

Digamos que a usted le gusta el whisky, pero que a diferencia de sus consumidores corrientes, prefiere mantenerse alejado de eventos en donde este trago suele correr a mares, como cocteles o fiestas "jetseteras". Y digamos que a usted jamás le ha interesado la pinta yuppie de quien por tradición mantiene su bar privado inundado de whisky y que, también a diferencia de ellos, usted definitivamente no tolera ninguna música que suene a reunión social. Pero digamos además que, a pesar de todo eso, usted no puede vivir sin el whisky. Entonces probablemente daremos en el clavo al recomendarle el Jack Daniel's No. 7. La gran pléyade de la música popular norteamericana, desde Frank Sinatra hasta Keith Richards, ha hecho de este licor nacido en el estado de Tennessee (de ahí su denominación de origen) la bebida del rock por antonomasia. Así que mientras disfruta de sus tonos frutales y ahumados, producto del reposo en carbón de madera de arce y de su guarda en barricas de roble, usted podrá sentirse un poco como el guitarrista de AC/DC. Los dos grandes secretos del Jack Daniel's son el maíz del que proviene (a diferencia de los whiskies hechos con malta) y el agua de manantial de Cave Spring de Lynchburg, Tennessee, filtrada desde el mismo lecho luego de atravesar por una gruta de rocas. Procesos aparte, le aseguramos que cada trago de este licor lo hará exclamar: "¡Larga vida al rock'n'roll!".