15 de julio de 2003
Este disco Oeste otro
Es cuestión de usar la cabeza. Hay dos caminos: el uno, dejar que los fabricantes de discos piratas publiquen el material inédito (en estudio y en escena) de los artistas, y, el otro, que los artistas le metan el hombro a la tarea de satisfacer a los coleccionistas y supervisen la edición de sus propios registros íntimos. El segundo camino, además de conducir a productos de alta calidad sonora, tiene una ventaja enorme: los dólares se quedan en casa y no en la cuenta bancaria de Mr. Bootleg.
Utilizando el título del legendario western épico de John Ford, el guitarrista Jimmy Page decidió tomar la segunda vía (la tercera es de Blair con criolla versión libre de Juan Manuel Santos) y nació así How the west was won (La conquista del oeste), un triple compacto con lo mejor de dos conciertos ofrecidos por Led Zeppelin en la Costa Oeste de Estados Unidos en 1972 (junio 25, LA Forum, y junio 27, Long Beach Arena). Estamos dos décadas tarde para enfrascarnos en una discusión crítica sobre la música de Zeppelin, cuya calidad está fuera de toda controversia. Pero sí vale la pena destacar las tres grandes ventajas de este álbum frente a sus parientes ilegales: primera, el sonido, cuidadosamente trabajado por un grupo de ingenieros bajo la supervisión de Page; segunda, el criterio del guitarrista para entremezclar lo mejor de ambas presentaciones y 'crear' un impecable concierto que nunca existió (¿cuántos editores piratas compiten en materia de juicio con Page?); y, tercera, el precio, que le saca ventaja a cualquier juego de tres discos ilegales del cuarteto.
Pocos admiradores de Zeppelin, quizás únicamente los de la línea más dura, cuestionarán este álbum que se convierte en el más atractivo de los títulos oficiales del grupo en vivo (sí, más que The song remains the same y que la colección de grabaciones de la BBC). Si quiere ganarles la batalla a los piratas y a la internet, la industria del disco tiene mucho que aprender (y que ceder) en materia de precios y formatos, pero no puede negarse que con títulos como How the west was won se dan pasos hacia adelante.
Page usó la cabeza. Falta que sus fanáticos, aquellos que han hecho de él, Plant, Jones y Bonham un grupo de inmortales, también la usen y dejen de comprar discos en las esquinas. ¿Moralismo? Tal vez, pero ¿desde cuándo la moral es motivo de vergüenza?
How the west was won
Led Zeppelin
Atlantic / Warner