23 de septiembre de 2010

Testimonio

Qué no hacer en la primera cita

Si usted no sabe cómo actuar ni de qué temas hablar en una primera cita, tome nota y tenga en cuenta las siguientes recomendaciones para que no la embarre.

Por: Marta Orrantia
| Foto: 123rf.com

• No sea líchigo. En la medida de sus posibilidades, gaste. Es horrible que en una primera cita usted se quede mirando la cuenta con cara de yonofuí, y que ni siquiera haga el ademán de gastar. Tampoco conviene que tome la factura, haga sumas y le diga a la nena: "Tú consumiste tanto", y se quede esperando que pague su parte.

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• No tienen que ir a restaurantes carísimos, pero tenga en cuenta que, para una primera cita, no es conveniente ir a un sitio que tenga un apóstrofo en su nombre: Jeno‘s, Domo‘s, Jairo‘s. Tampoco la lleve al restaurante ejecutivo donde almuerza con los de la oficina ni al bar donde solía ir con su ex, porque fijo se la encuentra.

• No se emborrache. Si está muy nervioso, puede "jalarse el cable" antes de salir, para que vaya relajado, pero no empiece a darle al shot de tequila porque lo que va a conseguir es que la nena sepa quién es usted de verdad y nadie se enamora de una persona real.

• No trate de emborracharla. No sea ochentero. Es lobísimo que le diga: "Dale, tómate un traguito, ¿qué va a pasar?", cuando es obvio que lo que busca es que ella, borracha, se lo dé.

• No hable de su trabajo, de sus problemas, de su familia, de plata, de política, de religión, de sexo, de sus ex novias, de sus amigotes, de las parrandas, de los guayabos, de mecánica o de ejercicio. Mejor no hable de nada y dedíquese a oírla, asintiendo de vez en cuando y siempre, siempre, dándole la razón (una mujer sí puede hablar de lo que quiera, sobre todo de sus ex novios).

• Vístase con prudencia. Eso quiere decir que no se embadurne pachulí por las solapas del vestido. No se ponga camisas de seda fría, como si fuera salsero neoyorquino. No use corbata, que eso solo se ve bien en el trabajo y en unos cocteles lobísimos.

• Elógiela, aunque sin insistencia. Por ejemplo, dígale: "Estoy feliz de verte esta noche", pero no le diga: "Estoy tan feliz de verte esta noche que si no hubieras venido me habría muerto". Dígale: "Qué bonita estás hoy", pero no le vaya a decir: "Estás tan hermosa que no te merezco". A las mujeres nos chocan los hombres patéticos, potenciales suicidas, solitarios y acosadores.

• Sea puntual. Las mujeres somos las únicas que tenemos derecho a llegar tarde a todo.

• Déjela en la puerta de su casa. No la ponga a agarrar un taxi sola, no la embuta en un TransMilenio. Espere a que lo invite antes de decirle que quiere entrar.

• Llámela al día siguiente, así sea para oírla por última vez.

Derecho de autor: antonioguillem / 123RF Foto de archivo

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