Amigo lector: bienvenido a la libertad… numérica. Este 29 de julio seremos libres de la tiranía de los operadores celulares.
Sí, seremos libres y podremos mandar al carajo a los españoles, que aún sacan campañas internas con el lema “2010, el año de la conquista” (¿perdón? La conquista se acabó hace más de doscientos años); a los mexicanos, que son los únicos latinoamericanos a quienes les enseñaron que México queda en Norteamérica y, por ende, son de mejor familia; y a los suecos, cuya estrategia es jugar a ser el número 3 (“Trix-Bex”, diría un profesor que tuve en la universidad). No cuento en esta lista a la gente de Uff! porque no conozco ni he oído jamás de ningún usuario del servicio.
Por fin nuestro número de celular, aquel que nos identifica en el mundo de la movilidad, aquel que nos define en la lista de contactos de nuestros familiares, amigos, clientes, proveedores y señoritas de telemercadeo que llaman los sábados a las 6:02 a.m., será nuestro. Por fin podremos hacer con él lo que nos dé la gana.
Podremos decir adiós a los mensajes de texto que llegan a las 2:45 a.m. recordándonos pagar la cuenta aun cuando por el plan corporativo que uno tiene no sea quien pague. Podremos optar por operadores que no le quiten el “Smart” al Smartphone que compramos eliminando la opción de Hotspot que tanto anunció el fabricante (sí, Movistar, estoy hablando de ti). Podremos comprar el celular que nos gusta sin esperar seis meses y sin tener que escoger el BB que tiene sobrestockeado el operador desde hace dos años. En fin, ¡podremos escoger!
Seremos libres y dignos. Seremos nuevamente importantes. Nos contestarán las preguntas y quejas que hagamos así no copiemos a la Superintendencia de Servicios Públicos. Nos llamarán. Nos buscarán. Nos ofrecerán.
Habrá por fin Servicio al Cliente porque ahora el cliente, usted y yo, ya no estará amarrado con esa cadena —llamada número celular— al operador, sino que podrá moverse libremente y, por consiguiente, tendrá poder.
Claro, el poder y la libertad tienen su precio. Habrá que leer detenidamente el contrato cuando se compra un equipo y entender cuál es la cláusula de permanencia a la que se obliga a uno. Pero, en general, la ley de Portabilidad Númerica llevará a que se preste un mejor servicio, a que haya más competencia y a que el cliente vuelva a ser importante.
¿Qué cómo hace? Fácil. Vaya al operador al que se quiere cambiar e infórmele de su deseo. Este hará todo el trámite del traspaso con su antiguo operador para que usted pueda gozar de los servicios que le ofrece el operador seleccionado. Así de sencilla es la libertad. Eso sí, piénselo bien y lea el contrato con el nuevo operador no va y sea que se vaya de Guatemala para Guatepeor.