26 de noviembre de 2022

Revista SoHo

A bordo de un ‘Animal Salvaje’

Invitamos al actor y experimentado piloto Sebastián Martínez a probar, junto con el equipo de SoHo, en el autódromo de Tocancipá, las capacidades de una de las grandes naves de BMW: el veloz M3 Competition. Con este recorrido celebramos, también, los cincuenta años de la emblemática serie de modelos de alto desempeño M, por su sigla Motorsport, de la marca alemana.

Por: Soho.co
BMW M 50 años con Sebastian Martinez
en el Autódromo de Tocancipá
BMW M 50 años con Sebastian Martinez en el Autódromo de Tocancipá | Foto: Guillermo Torres Reina / Revista SoHo

Es el día de Halloween. Son las 9:10 de una mañana soleada y esperamos que nos den la orden para “despegar”. A mi lado izquierdo se encuentra el actor antioqueño Sebastián Martínez (39 años), conocido por sus papeles en Rosario Tijeras o Primate, quien me mira con una mueca pícara y me pregunta: “¿Estás lista?”. Yo le respondo que sí, con voz dubitativa. Sé que él es un gran piloto, desde hace años conozco su pasión por la velocidad, pero debo ser honesta, estoy algo nerviosa.

Hoy, en la pista del autódromo de Tocancipá, a unos cuantos kilómetros de Bogotá, a bordo de un BMW M3 color verde ‘Isle of Man’, esperamos que nos den la orden de “despegar”. Y lo digo así porque, quienes hemos tenido el gusto de subirnos en una nave de estas, sabemos que no anda; simplemente, vuela. Afuera nos observan algo envidiosos los demás miembros del equipo de SoHo, quienes están aquí para grabar el video y tomar las fotografías de la prueba de velocidad y potencia de este emblemático modelo de la marca alemana, el cual en 2022 cumple sus primeros cincuen- ta años. Los modelos M, inicial de Motorsport, son sinónimo de máquinas de sorprendente desempeño y el M3, que celebra sus 35 años –su primera generación, el E30, se presentó ante el público en el Salón de Fráncfort de 1985–, es la evidencia más clara de ello.

Seguimos sobre la línea de arranque. Quietos. Sebastián pone la mano sobre una zona de la silla deportiva tipo cubo en la que estoy sentada. “¿Te das cuenta?”, pregunta. “Cuero Merino de granofino”, explica. Miro el interior del carro con curiosidad, aprecio las molduras de alto brillo en fibra de carbono, que encajan elegantemente en las puertas y la parte frontal. Y por fin nos piden avanzar. Sebastián hace ‘roncar’ el motor. Para mí este sonido es más emocionante que el de la banda sonora de La guerra de las galaxias. Sé que él es un piloto experimentado, pero cierro los ojos mientras despegamos. Es cierto, es un despegue en toda regla.

Sebastián aprieta el acelerador hasta el fondo. En tan solo 3,9 segundos pasamos de cero a 100 kilómetos por hora. Esa es la magia de este motor de seis cilindros en línea con tecnología MTwin Power Turbo, capaz de erogar 510 caballos de potencia a 6250 rpm, y que se vale de un poderoso torque de 650 Nm. Poderío que se acopla a la perfección a una caja automática M Steptronic de ocho velocidades con Drivelogic, que garantiza un increíble escalonamiento entre sus relaciones, con unas transiciones realmente rápidas.

EL SONIDO INOLVIDABLE

Tengo la mente en blanco y me embarga una gran emoción. Sonrío. El actor medellinense hace lo propio. Se nota la pasión que siente al conducir este bólido. Antes de subirnos al M3 me había contado que dos de sus sueños de niño eran convertirse en piloto profesional y tener un BMW. Los cumplió pronto. No es “profesional”, pero hoy es un conductor avezado que ha probado muchos modelos de competición, y tiene tres autos de esta marca alemana: un 165i, el primer Serie 4 Gran Coupé y, desde hace un año, nada más y nada menos que un M3. ¡Las curvas! Me preguntaba qué sentiría, a toda máquina, al encarar las curvas de la sinuosa pista de asfalto. Sebastián las encaró con pericia y profesionalismo mientras nuestra nave llegaba a los 140 kilómetros por hora sin que lo notáramos: una estabilidad envidiable. Obvio, en su misión lo ayudó la dirección MServotronic, que se vale de una asistencia electromecánica y una desmultiplicación variable para garantizar reacciones precisas; y la suspensión adaptativa hacía de las suyas para entregarnos un paso cómodo a cada exigencia del acelerador.

BMW M 50 años con Sebastian Martinez
en e Autódromo de Tocancipá
BMW M 50 años con Sebastian Martinez en e Autódromo de Tocancipá | Foto: GUILLERMO TORRES

El M3, además, en su consola central incluye sistemas fuera de órbita, como el M Drive Professional, diseñado para la conducción en circuito, que incorpora funciones, como el analizador M Drift y el nuevo control de tracción M, las cuales dejan explorar todas las opciones en los ajustes de respuesta del motor, dirección, suspensión, frenos y tracción.

Hemos dado varias vueltas a la pista, alcanzamos 200 kilómetros en recta; sé que la prueba terminará dentro de poco, aunque ni el piloto, ni la copilota quieren que se acabe. Me quedo pensando, al ritmo del auto, ¿cómo podría describir esta experiencia en pocas palabras? Y no encuentro qué decir ni cómo escapar a expresiones tan desgastadas como “increíble”, “épica”, “inolvidable”. No sé bien cómo explicar qué se siente viajar en un M3. Hay experiencias que se tienen que vivir para poder comprender las, y esta es una de ellas. Pero es cierto, volar en un M3 es increíble, épico e inolvidable. Han sido momentos únicos.

Sebastián apura el freno, con cara de resignación. El viaje se acaba. Él insiste en que antes de bajarnos debemos celebrar con música. “Este sistema de audio es como tener una orquesta propia en el auto. Escucha”. Pone un canción que no identifico pero suena impecable. “Sistema de audio Harman Kardon”, me explica. Y nos quedamos escuchando la canción como si fuera la sinfonía de los créditos de despedida de una película. Se escucha estupendo, no lo niego, pero la música que siempre llevaré en mis oídos es la del sonido del motor del M3. Un rugido fiero, potente, difícil de olvidar. Tal vez así pueda explicar lo inexplicable, desplazarse a toda velocidad en un M3 es como viajar de manera segura, cómoda y emocionante, dentro de un animal salvaje.

Después del vuelo del día de hoy no será fácil aterrizar en el trancón de Bogotá en un auto convencional. Cualquier carro que me lleve a casa me parecerá una carcacha de la familia Picapiedra.

Sebastián Martínez con BMW.
Sebastián Martínez con BMW. | Foto: Guillermo Torres Reina / Revista SoHo
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