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18 de agosto de 2004

Infractores de cuello blanco

¿No está aburrido usted también de los abusos de los carros de escoltas y vehículos oficiales? ¿No le parece que en el fondo la culpa es de las personas a quienes protegen, y a las que les bastaría dar una simple orden y gastar unos pesos de parqueadero para no molestar a los demás?

Por: Artículo publicado en 2004
Infractores de cuello blanco


Juan Manuel Santos
"Estoy muy de acuerdo con la tesis de Peñalosa de que lo público es sagrado y es de todo el mundo. Debería aplicárseles todo el peso de la autoridad a quienes abusen de él. Infortunadamente aquí esa conciencia no la tiene mucha gente".

Pero: 
El miércoles 7 de julio, a la 1:05 p.m., Juan Manuel Santos bajó de un jeep Toyota Land Cruisser* azul mal parqueado en la carrera 13 con calle 82. Entró al restaurante Harry Sasson.
*Por motivos de seguridad, se ha omitido el dato de las placas de los vehículos tanto en textos como en el material gráfico.
   

Armando Benedetti Jr.
"El espacio público no puede golpear al público. En el Sena o en la Vía Benetton hay restaurantes y cafés en el espacio público, pero bien administrados. En cuanto a respetar las normas de tránsito, eso es algo elemental: es algo que todos debemos hacer".

Pero: 
El viernes 9 de julio, a las 8:30 p.m., una camioneta Toyota Prado plateada permaneció parqueada sobre la carrera 13 con calle 82 mientras el representante Armando Benedetti comía en el restaurante Watakushi.
   

Rocío Arias
"Considero que el espacio público se debe respetar ya que es un bien del que todos disfrutamos cuando nos movilizamos por la ciudad. Me parece que el espacio público se debe redistribuir, tal como se estaba haciendo en el periodo del doctor Antanas Mockus".

Pero: 
El sábado 31 de julio, a la 1:30 p.m., la congresista Rocío Arias bajó de un Toyota Camry azul en la zona T, que duró más de una hora estacionado sobre la carrera 13A con calle 82, junto a su escolta, un Nissan Primera plateado.
   

Sabas Pretelt
La tarde del jueves 22 de julio, los vehículos oficiales del ministro del Interior, Sabas Pretelt, pasaron un par de horas parqueados en la 93B, a la altura de la 13, justo en medio de dos parqueaderos.

Pero: 
SoHo se comunicó en repetidas oportunidades con el despacho del ministro para obtener una declaración sobre la invasión del espacio público. Su secretaria, Blanca Rodríguez, comunicó que él estaba al tanto de la solicitud, pero al cierre de la edición todavía no había pronunciamiento.
   

José María Aznar

El martes festivo 20 de julio, a las 2:30 p.m., una caravana de dos Toyotas Land Cruisser, dos Toyotas Hilux, una Toyota Prado, una Grand Cherokee y una camioneta Nissan de la Policía se parqueó sobre la carrera 13 con calle 82. De uno de esos jeeps bajó el ex presidente español José María Aznar, y entró a almorzar al segundo piso del restaurante Luna.

No fue posible acercarse a él, motivo enjambre de escoltas, para consultar su opinión sobre el irrespeto al espacio público.
   

Sergio Fajardo
El jueves primero de julio, una Toyota Land Cruisser azul, de la cual descendió Sergio Fajardo, alcalde de Medellín, pasó un par de horas estacionada en la calle 93B, media cuadra abajo de la 13, justo al lado de la entrada a un parqueadero público.

Liliana Vásquez, directora de comunicaciones de la Alcaldía, dijo que pondría al alcalde Sergio Fajardo al tanto de la solicitud sobre su opinión, pero la respuesta no se había producido al cierre de la edición.
   


El inaudito abuso de los bares

Todos los jueves, viernes y sábados de la semana, a partir de las diez y media de la noche, la esquina de la calle 80 con carrera 11 queda obstruida por la instalación de dos valet parking en las discotecas Sayaka, Mizú y Pipeline, ubicadas a lado y lado de la calle. La vía, que tiene un ancho original de 7,67 m, se reduce a 5,45 m, perdiendo, en términos de circulación, el espacio que ocupa un automóvil normal. Así mismo, alrededor de esa hora, la calle 85, entre las carreras 11 y 15, también pierde espacio valioso por el valet parking de la discoteca Gavanna, que disminuye los 5,70 m del carril de bajada, a 2,76 m, obligando a los carros a invadir el carril contrario de la vía para poder atravesarla. Es decir, estos bares se apropian arbitrariamente de un carril que es de uso público.