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18 de abril de 2002

Instrucciones para comerse un bagre

Por: Alfredo Iriarte (escritor)

Según el DRAE, el bagre es “pardo por los lados y blanquecino por el vientre, de cabeza muy grande, hocico obtuso y con barbilla”. Por lo antedicho, y por otros motivos adicionales que ya veremos, es bueno que usted, amable lector, tenga en cuenta ciertas advertencias y consideraciones si anda pensando seriamente en entrarle a un bagre con intenciones gastronómicas.

Ante todo, deberá usted practicarse un riguroso autoexamen para verificar si puede jalarle a la ingestión del bagre sin sobresaltos ni contrariedades. Primeramente, usted tiene que ser un omnívoro absoluto y sin escrúpulos, gustosamente dispuesto en todo momento a devorar cucarachas vivas o ejercer la coprofagia sin cebolla, por supuesto, para evitar el mal aliento. Y ya entrado en gastos, para nada deben afectarlo el contacto con el vientre blanquecino ni las punzadas de las barbas. Más aún: deberá usted recordar algo que omite el DRAE: el bagre exhala una halitosis insufrible debida a su habitual consumo de toda suerte de inmundicias. Y ojo con esta precaución: tenga mucho cuidado cuando llegue a la cola del bagre, que es fofa, contrahecha e insípida. Pero si de todas maneras, impelido por sus malsanos instintos, insiste en devorarla, le sugiero que lo haga con la mayor prudencia a fin de evitar que los chismosos y maldicientes le cuelguen el sambenito de bagrero contra natura.

Y ya para finalizar, si usted es un glotón sin Dios ni ley; si se come lo que le pongan por delante; si es coprófago con cebolla y ajo incluidos; si es un carroñero dispuesto a comerse un bagre entrado ya en descomposición orgánica por exceso de calendarios y fealdad, entonces oiga un consejo: embriáguese; pero no con whisky, sino con cualquiera de los tósigos que produce el Estado colombiano para embrutecer a su pueblo; embriáguese con un mujik de modo que conserve su afición al bagre y no entre a competir con quienes luchamos a brazo partido por las exquisitas sardinas y merluzas de tan difícil adquisición.