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17 de marzo de 2004

Levantarse una hembra

Por: Luis Alejandro Reyes

Vale la pena mencionar que, como todo en el mundo contemporáneo, el factor suerte desempeña un papel muy importante a la hora de levantarse a una mujer muy linda, exitosa y además conocida por todo el mundo. Cuando uno se está levantando a cualquier persona basta con estar "at the right time, and at the right moment". Las mujeres, como los hombres, tienen momentos difíciles en los que lo único que quieren es la soledad. Este es un momento crítico para entrar a conquistar: no se afane por encontrar a la mujer de sus sueños, pero manténgase alerta por si la ve pasar. Hay algo que les encanta a estas 'supermujeres' y es que haya una dosis justa entre ignorarlas y darles importancia (una mujer de estas, por ejemplo una modelo, está acostumbrada a que todos los hombres le digan que ella les gusta). Por eso es más fácil sorprenderlas con cierto dejo, hacer como si fueran personas normales y no ponerles los ojos encima desde que llegan hasta que se van. Las conversaciones tienen que ser equilibradas y tratar de centrarse en algo diferente a su forma de presentar o a su aparición en tal o cual comercial. Todos esos temas ya están agotados por los fans. Uno tiene que hacer como si fueran personas normales, eso las hace sentir deseadas como mujeres de verdad y las baja de ese pedestal donde muchas veces están montadas sin quererlo.
También hay otra clase de factores que se deben tener en cuenta para lograr la conquista deseada. Uno tiene que estar acorde con sus capacidades físicas, mentales y sociales. No se puede pretender que un personaje del jet set criollo salga de la mano de la princesita del pop o de JLo. Yo, por mi parte y sin querer alardear, creo que mis fuertes son la frescura, la sonrisa y ese 'no me marea tu fama porque yo también tengo lo mío' que les dejo ver desde un comienzo. Uno no puede esta jugando a levantarse a una princesa de cuento de hadas, ni pretender que sea su trofeo de mostrar. Hay que hacerle ver que es ella la que nos gusta y no otra. A esto le llamo aterrizar la traga, comprarles un tiquete desde el país del Nunca jamás hacia esa realidad en donde son mujeres palpables y no de papel.
La reputación también tiene un rol importante, para bien o para mal en algunos casos. Muchas mujeres buscan personas reconocidas por su trabajo, por sus gustos, por su billete o por cualquier atributo que tengan, pero son más a las que les gustan los hombres incógnitos que además cumplan todas las características antes mencionadas. Y esas mujeres son las más difíciles de conquistar, pero con las que hay mayor probabilidad de éxito en el largo plazo y, como ya no tenemos quince años, por ese lado es que hay que actuar. No es suficiente con ser reconocido en el trabajo, ser pinta y tener billete. Todas esas cosas tienen que aparecer como un plus de algo más definitivo que es lo que en realidad las va a cautivar.
Yo les aconsejo a todos los chulos que anden por ahí volando que antes de actuar se detengan y piensen qué es en realidad lo que están buscando en ese momento de sus vidas, que esperen el momento adecuado, que cumplan con ciertos requisitos, que identifiquen a la mujer y que entren a matar aunque corran el riesgo de quedar ponchados. El que no arriesga un huevo no gana un pollo, entonces vale la pena poncharse de vez en cuando. Así logré yo conquistarme a
L. M. (La Mamacita), por ejemplo, y no le digo cuántas veces me han ponchado, porque esos son gajes del oficio.