Amarrar de nuevo tantas memorias que se amontonaron durante los cinco Tours de Francia que cubrí para El Tiempo entre 1983 y 1987 podría parecer un largo pero sencillo ejercicio cronológico. Pero no hay tal. Esas más de cien etapas, las diez pasadas por todos los picos de los Alpes o por las redondas cumbres de los Pirineos, las estúpidas carreras por los pavés medioevales, el recorrido por los más lindos rincones del corazón de la campiña francesa, las rutas de las montañas tapizadas de entusiastas que esperaban días debajo de una carpa para ver pasar a sus ídolos demacrados, tapados por motos, cámaras, policías y periodistas, todo bajo el sol de las vacaciones de julio, confunden las fechas y los episodios. (Nairo secreto: 10 cosas que nadie sabía)




