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12 de diciembre de 2006

Nosotros creamos Von Glacet

Por: Billy Escobar y Fernando Sánchez
| Foto: Billy Escobar y Fernando Sánchez



Si usted quería comerse un helado en Bogotá en la década del 80 y quedar como un príncipe con su novia o amiga, la tenía que llevar a Von Glacet. En esa época, en el año 85 más exactamente, vimos la necesidad de cambiar las costumbres de la gente para comer helado y generar un sitio de encuentro para que las parejas o la familia se sintieran a gusto. Muy rápido Von Glacet se convirtió en un sitio de moda para los jóvenes y para los padres que llevaban a sus hijos a comer un helado de primera calidad. Empezamos vendiendo helados sencillos con una o tres bolas, pensando en el muchacho que llegaba con su niña y que no tenía un gran poder adquisitivo. Creemos que durante esos años muchas parejas se cuadraron mientras charlaban en nuestros locales. Llenamos el lugar de colorido, atendido por gente linda y creamos un ambiente de mucha amabilidad para que nuestros clientes se sintieran bien.El primer local de Von Glacet fue en la calle 82. Luego, al ver el éxito que tuvimos, abrimos uno cerca de Skandia, en la 114 con avenida 19. Ese fue la locura, los domingos se llenaba por completo.

Hoy, 20 años después, Von Glacet ha vuelto a nacer más preparado para las necesidades actuales, sin olvidar esas bellas raíces que dejó la época de los 80. Ahora tiene un ingrediente nuevo, le hemos agregado sal. Con esto queremos mantener el credo que nos dio éxito hace años: el de la capacidad de sorprender. Ahora usted podrá ir a nuestros puntos de venta para comer con tranquilidad una exquisita pasta, un Salsburguer o una de nuestras deliciosas sopas o cremas. La idea es la misma: comer con tranquilidad y no sentirse presionado por una fila de gente que lo mira con la intención de que usted se pare rápido de su mesa.

De nuevo queremos sentir la seducción del tiempo que se vivió en los 80.Eso sí, los helados se mantienen con su sello de calidad y seguramente usted de nuevo sentirá esa nostalgia por una época en donde le quedó más fácil cuadrarse a una novia, gracias a la dulzura y las sorpresas que siempre le ofrecimos en Von Glacet.