3 de febrero de 2005
Testimonios
Cómo es llamarse... Pablo Emilio Escobar
Pablo Emilio Escobar ese es mi nombre y esta mi historia
Tomé precauciones. Salí poco y andaba en un taxi que, por lo viejo, no lo paraban en los retenes de policía. No saqué el pasado judicial por miedo a que me detuvieran en el DAS y no viajé casi por carretera para que no me parara la guerrilla, me preguntaran el nombre y me llevaran.
No faltaban los que me molestaban: "Te están buscando Pablito, te están buscando"... "Por ahí van 5.000 millones andando", gritaban cuando pasaba, pero a mí me preocupaba que alguien con mi nombre fuera un botín tan deseado. Cuidaba más de lo normal mi cédula y temía que en cualquier momento llegara alguna persona extraña a obligarme a cobrar un cheque que estuviera a nombre del capo.
Para mí era muy duro ver que alguien con mi nombre causaba tanto daño. Luego de la bomba de la calle 93, me postré y oré por Pablo Escobar y por las personas heridas. Sabía que no era él, sino una fuerza maligna que se había apoderado de su alma. En la bomba del DAS casi caigo. Pasé por ahí unos minutos antes, cuando iba al negocio, y a pocas cuadras escuché la explosión. Fue muy fuerte, el carro se movió, sentí una oleada y vi una columna de humo inmensa. Por cosa de cinco minutos, Pablo casi mata a Pablo. Afortunadamente no me detuvieron ni recibí amenazas, pues tuve la precaución de no sacar mi nombre en el directorio telefónico y evitar, así, confusiones. Después de la muerte de Escobar registré mi teléfono en el directorio pues ya estaba más tranquilo.
Al contrario que mi tocayo, yo no tomo, no me gustan los caballos ni el fútbol. Mi hobby es la pasión por Jesucristo. Cuando hablo en un grupo de oración todos me ponen cuidado, quieren saber qué tiene que decir este otro Pablo Escobar. Pero no me siento orgulloso, no quiero ser el Pablo Escobar narcotraficante que arruinó vidas, sino el bibliotraficante que trafica la palabra de Dios. Por eso, como hice un día que no llevaba papeles y me paró la policía, muestro la Biblia que siempre llevo con mi nombre grabado en la carátula y digo: "Yo soy Pablo Escobar el bueno, el del cartel de Jesucristo", y como el que nada debe, nada temo.
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