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13 de septiembre de 2001

Revolución virtual

Trópico, el juego más controvertido hoy en el mundo, se ‘toma’ los listados del entretenimiento y causa polémica. Quien no haya querido ser dictador que tire la primera piedra.

Aunque sea difícil de creer, por cuarenta dólares usted puede ser el dictador de un país tropical. Su misión, si decide aceptarla, será convertirse en amo y señor de una isla en la que los mosquitos pululan, los carros más nuevos son modelo 54 y el calor humedece la ropa hasta el más insoportable de los extremos. Su ventaja, sin embargo, para envidia de Fidel Castro o cualquier otro dictador, está en la posibilidad de controlar absolutamente todo: qué tipo de edificaciones se construyen, qué se cultiva, qué se come, cómo se vive e, incluso, a qué velocidad avanza el progreso. Su progreso. ¿Más dictadura? Imposible.

Esto es, al menos, lo que ha venido ofreciendo uno de los juegos para PC más polémicos de los últimos tiempos; uno que ha despertado comentarios a favor y en contra, y que ha abierto el debate sobre el alcance de los videojuegos en el mundo moderno.

Y es que si bien hasta el momento los juegos de estrategia (Age of Empires, Shogun, Sim City) habían abordado el tema del poder de una manera ‘pedagógica’, Trópico —videojuego creado por la
empresa PopTop Software— les ha permitido a los usuarios aproximarse a una realidad que para muchos no es motivo de entretención. Y por eso se ha abierto el debate. De hecho, recientemente, las autoridades españolas trataron de censurarlo debido al perjuicio que podía tener en mentalidad de los jóvenes.

Aunque en apariencia Trópico sólo intenta recrear los mecanismos con los cuales se podría gobernar una isla del Caribe (que podría ser Cuba, a pesar de que sus creadores hayan querido ocultar sus intenciones), y la música que acompaña cada jugada es tan dulzona e inocente como la zafra, para los detractores hay algo que va más allá: la posibilidad de que la ficción, ‘el juego’, pervierta la mente de quienes lo juegan.

Sin embargo, esto parece poco probable. Sus defensores —que de manera animada se explayan en elogios a través de Internet— han venido esgrimiendo como excusa que si lo anterior fuera cierto, juegos de acción como Resident Evil o la mísmisima Tomb Raider habrían ocasionado alteraciones en la mente de quienes lo juegan. Y, según las estadísticas, los casos han sido mínimos. Como sea, con dictador a bordo o no, con democracias amañadas, censuras a la libertad y una pegajosa música caribeña, Trópico se ha encaramado en la lista de los juegos más vendidos de los últimos meses, y de ahí que no resulte extraño encontrarse en los estantes de tiendas que exhiben su folclórica caja azul–verdosa a decenas de compradores que buscan engolosinarse con el poder, al menos a través de chips y teclados frente a la pantalla de los computadores de sus casas.

De hecho, revistas como Game Spy o Wired han calificado a Trópico como uno de los juegos de estrategia más ‘revolucionarios’ del 2001, superando las novedades deportivas de firmas tan sólidas como
Microsoft y EA Sports.

El debate continúa y, en medio del ambiente caribeño de una propuesta que hasta el momento no se había encontrado en ningún tipo de videojuegos, enemigos y fanáticos de Trópico continúan emitiendo sus juicios. ¿Andará Fidel detrás todo esto? ¿Será posible que disfrazado de merengue y son cubano quiera divulgar que el comunismo no ha muerto? Al menos, en el mundo virtual que nos ofrecen los juegos de computador hoy en día todo indica que no. A fin de cuentas, quien nunca haya soñado con ser dictador que tire la primera piedra.

DICTADORES FAMOSOS

AUGUSTO PINOCHET
CHILE, 1973-1990
Durante sus 17 años en el poder más de 20 mil personas murieron o desaparecieron. La operación Cóndor y la Caravana de la Muerte figuran como dos atroces crímenes de guerra.

PAPA DOC DUVALIER
HAITÍ, 1957-1971
Los Tontons Macoutes (ejército personal de Duvalier) consolidaron su poder a través de un régimen del terror que combinaba brutalidad física con terroríficas prácticas de vudú.

ANASTASIO SOMOSA
NICARAGUA, 1936-1956
En tan sólo 20 años de gobierno, la corrupción de Somosa logró hacerse a una fortuna de 100 millones de dólares. Nada mal para un simple ‘servidor público’.

JEAN BEDEL BOKASSA
REPÚBLICA DEL ÁFRICA, 1966-1979
Tras derrocar a Dacko Bedell, Bokassa gastó 20 millones de dólares en su ceremonia de coronación como emperador. ¿Qué habría hecho usted con esa cantidad de dinero?

MAO TSE TUNG
CHINA, 1930-1961
Además de controlar más de un billón de personas y nueve millones de kilómetros cuadrados de territorio por más de 25 años, Mao Tse Tung continúa siendo icono en varias regiones de China hoy en día.