Para llegar a Macayepo, primero hay que llegar a El Carmen de Bolívar y de ahí subir por una carretera con pretensión de autopista cruzada por zanjas que ha hecho el agua. La construyó el Ejército Nacional. Pero también se puede llegar por Sincelejo, pasando por Tolú Viejo y Chinulito. Es una trocha a medio construir que hasta hace poco tiempo solo era transitable en bestia. Son caminos diferentes que llevan a la misma parte y a otras, porque los Montes de María están cruzados por mil caminos. Son una formación que en realidad pertenece a la serranía de San Jerónimo, que vuelve a surgir en las sabanas de Sucre y Bolívar, donde desde siempre se ha criado ganado. Es una isla en medio de un mar de latifundios.
En Montes de María también había grandes latifundios donde las reses se alimentaban con hierba fresca en los veranos que asolaban las zonas bajas. Dos casos concretos, los hatos del famoso Gordo García y del no menos conocido de autos Miguel Nule Amín. En aquella época, los campesinos eran terrajeros a quienes los patrones permitían cultivar un par de cosechas de maíz o de yuca a cambio de sembrar pasto para el ganado de la hacienda que, por lo demás, crecían sin cesar.


Tanto crecieron los latifundios y tanto abusaron los ganaderos de los campesinos que un día se levantaron e invadieron las propiedades. Fueron días de lucha. La Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (Anuc), creada por Lleras Restrepo, organizó numerosas tomas de tierra en toda la costa, pero especialmente en aquellas regiones donde los campesinos eran atropellados y sus derechos no eran reconocidos. En Montes de María la consigna de la Anuc fue simple: la tierra es de quien la trabaja. El Incora reconoció a medias ese derecho y compró algunas haciendas para distribuir entre terrajeros.



