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10 de noviembre de 2003

Yo, replicante

La visión personal de Ridley Scott sobre blade runner, un clásico que plantea la vida en un mundo repugnante. Sí, más repugnante que este.

Por: Mateo Catón

Alguien debería reconstruir la historia en pantallas colombianas de Blade Runner y refrescarnos una gran vergüenza: la cinta pasó por aquí (¿cate que no la vi?) sin pena, sin gloria y sin taquilla. El distribuidor tuvo que retirarla anticipadamente de teatros porque en la Colombia de comienzos de los ochenta las cintas de ciencia ficción que no mostraran una lucha postguerra atómica por el combustible (una lucha jeanclaudevandamiesca) simplemente no valían la pena. La verdad es que sucedió prácticamente lo mismo en cines de todo el mundo, pero Blade Runner, de Ridley Scott, terminó logrando categoría de culto. ¿Colorín colorado? No, Scott, insatisfecho como todo genio que se respete, decidió 'irrespetarse': editó de nuevo la cinta, eliminando las narraciones en off, ahondando con imágenes y diálogos en la relación de Deckard (Harrison Ford) y Rachael (Sean Young) y, además, dándole alas a uno de los temas favoritos de los admiradores del filme: ¿es Deckard un 'replicante'? Así nació Blade Runner/The director's cut. Que no le pase lo mismo de hace dos décadas: véala.


Zona: 1
Audio: ing.
Subt.: esp., ing, fra.
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