La venezolana María de Luz Da Silva

¿Ya conocía Colombia antes de mudarse definitivamente?

Sí, hace como dos años estuve en Bogotá para un catálogo de una marca de cremas pero fue algo rápido. Ahora llevo tres semanas solamente.

¿Por qué decidió venirse a vivir?

Principalmente por la terrible inflación que vive mi país y la necesidad de tener más estabilidad económica. Estuve hasta hace poco en México y decidí probar suerte ahora en Colombia.

¿Su familia sigue en Venezuela?

No. Desafortunadamente sufrimos en 2009 la expropiación de la empresa de mi papá por el gobierno de Hugo Chávez. Fue un golpe duro, así que mis padres decidieron mudarse a Portugal, de donde es originario mi papá, para tener una mejor calidad de vida. Por esas mismas razones, mi hermano se fue a vivir a Australia.

¿Qué le dice a la gente que sigue allá?

Estamos en un momento en que lo que más se siente es pesimismo, y con esa mentalidad no vamos a llegar a ningún lado. Lo principal es que si deciden quedarse, es para aportar positivamente al país. Mi novio, por ejemplo, vive allá y mantiene su vida común y corriente. Es más: aún dice que Venezuela es el mejor país del mundo.

¿Realmente es cierto que hasta conseguir papel higiénico es un problema?

Es totalmente cierto: en los supermercados hay demasiada escasez de productos básicos, como jabón, desodorante o papel higiénico. Parece increíble, pero cada vez que vuelvo de un viaje mis amigos me piden ese tipo de productos en vez de otro regalo. Es que cuando uno está lejos aprecia las cosas que allá son escasas.

¿Qué conocía de Colombia?

Sabía que tienen mujeres divinas, como las venezolanas, y la verdad que es totalmente cierto. Lo he comprobado, especialmente ahora que vivo en Medellín.

¿Qué le ha gustado del país?

La gente lo hace sentir a uno como en casa, y en Medellín lo he sentido: el cariño, el carisma y el clima son espectaculares. Aunque llevo poco, me dan ganas de no irme nunca de acá.

¿Qué planes tiene ahora?

Mi primer objetivo es hacer parte de ColombiaModa, que es a finales de julio y representa la ventana ideal para entrar pisando fuerte en el país. También quiero presentarme a varios castings y continuar expandiendo mi catálogo de modelaje.

¿Cuál es la fórmula para levantarse a una venezolana?

Es similar a la que los hombres podrían usar con las colombianas, porque tenemos mucho en común: somos mujeres inteligentes y exigentes. Para mí, lo clave es que sean apasionados, que disfruten su trabajo y que me hagan reír. Ah, bueno, y que sean más altos que yo, que mido 1,70.