8 de mayo de 2025
Deportes
Margarita Moreno y el desafío final: rumbo al Everest
La montañista colombiana se prepara para conquistar la última de las Siete Cumbres y hacer historia como la primera mujer del país en lograr esta hazaña del alpinismo mundial.
Por: Redacción Fucsia
A lo largo de la historia, las montañas han simbolizado lo inalcanzable, lo sublime, lo que se conquista con paciencia y determinación. Para Margarita María Moreno Muñoz, montañista y atleta de alto rendimiento, cada cima ha sido mucho más que una meta geográfica: ha sido una forma de autoconocimiento, una vía de transformación y, sobre todo, una afirmación de que la fuerza nace desde adentro.
Nacida en Bogotá en 1985 y forjada por una pasión heredada de su padre, Margarita ha construido una carrera como exploradora sin atajos ni padrinazgos. Ha recorrido los paisajes más extremos del planeta, desde los glaciares de la Antártida hasta los hielos del Ártico, y ha coronado seis de las montañas más altas de cada continente. Ahora se prepara para enfrentar su reto más exigente: escalar el Monte Everest por la ruta sur de Nepal.

De lograrlo, se convertiría en la primera mujer colombiana en completar el desafío de las Siete Cumbres, uno de los hitos más emblemáticos del alpinismo mundial. Pero más allá del logro deportivo, lo que Margarita representa es un cambio de paradigma. Su enfoque —que integra rigor físico, tecnología, disciplina mental y una práctica espiritual constante— muestra una manera nueva de habitar la montaña: no como territorio de conquista, sino como espacio de encuentro interior.
Inspirada por figuras como Reinhold Messner y Edurne Pasaban, Margarita ha sabido combinar la exigencia atlética con una búsqueda personal que trasciende lo físico. “Más que conquistar montañas, lo que busco es encontrarme en ellas”, dice. Y en ese hallazgo, se juega también una revolución simbólica: la de una mujer latinoamericana que, sin más respaldo que su voluntad, está a punto de inscribir su nombre en la historia del alpinismo mundial.

Subir el Everest no es simplemente llegar a los 8.848 metros de altura. Es enfrentarse a uno mismo en condiciones límite, resistir el embate del frío, del viento, del cansancio y la duda. Es aprender a escuchar el cuerpo y confiar en el espíritu. Y es, como en el caso de Margarita, demostrar que no hay barreras —ni geográficas ni sociales— que impidan soñar en grande cuando se escala con propósito.
Con esta expedición, programada para los próximos meses, Margarita María Moreno Muñoz no solo se propone escalar una montaña, sino reescribir lo que significa ser exploradora en el siglo XXI. Su ascenso al Everest no será únicamente una cumbre geográfica: será un acto simbólico de inspiración, resistencia y propósito.