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10 de septiembre de 2007

Testimonios

Cómo es tener sexo con… la madre y después con la hija

Es una de las fantasías más exóticas en las que pensamos los hombres y confieso que yo la viví a comienzos de los 90, cuando estudiaba Comunicación Social en la Javeriana.

Por: Giovanni Rojas
| Foto: 123rf.com

Yo vivía con mi tía y una noche, cuando llegué de clase, la encontré con unas compañeras del trabajo tomando en la sala. Me las presentó y me invitaron a sentarme. (5 Fantasías sexuales de las mujeres que pocos hombres están dispuestos a cumplir)

A medida que el aguardiente se esfumaba yo comencé a entenderme muy bien con Cristina, la mejor amiga de mi tía. Tenía el pelo mono (mal teñido), no era muy bonita pero tampoco era fea. Rondaba los 50 años pero bailaba muy bien y, sin duda, el "embellecedor" fue aumentando la libido. De un momento a otro, solo quedábamos mi tía, la amiga y yo. Mi tía estaba muy prendida, le dijo a Cristina que se podía quedar a dormir en la casa y se fue a su cuarto. Aún no sé si fue por complicidad con su amiga.

Creo que mi tía no había puesto su cabeza en la almohada cuando ya estaba revolcándome con Cristina. No faltaron los típicos comentarios que hacen las mujeres reprochándose por algo, aunque demuestren lo contrario. "Esto no está bien. Qué embarrada con tu tía. No sigamos que de pronto nos pilla", me decía. Terminamos en mi cuarto. Gemía, gritaba y ya sin ningún pudor me dijo que no me preocupara por mi tía que estaba bastante borracha. Al otro día, recibí un mensaje en mi beeper (la tecnología de avanzada de esa época) que decía: "¡Gracias por una noche inolvidable!". (Ellas hablan de sus fantasías sexuales)



A Cristina la vi muchas veces, pero nunca más nos acostamos. Luego me enteré de que tenía una hija que se acababa de graduar del colegio en Medellín y quería estudiar Comunicación Social. Un día me pidieron el favor de recogerla en el aeropuerto ya que venía a estudiar a la Javeriana. Cuando la vi me gustó mucho. Adriana no era muy alta, de pelo negro, muy blanca y con un culo impresionante. En la universidad nos empezamos a ver seguido. (Si su fantasía es un trío, lo mejor es que lo piense bien)

En ese momento ya vivía solo en un apartamento y un día la invité a ver películas. El sexo con ella fue muy distinto. A diferencia de la mamá, no gemía mucho, dejaba que yo hiciera todo y la pose que más le gustaba era boca abajo, mientras que a la mamá le gustaba estar encima de mí.

La mamá me hizo sexo oral, la hija pidió que yo se lo hiciera. Ninguna se enteró de que estuve con la otra hasta ahora, con la publicación de este artículo. Ella también me puso un beeper: "¡Gracias por un momento inolvidable!". En eso sí coincidieron: ambas fueron agradecidas.

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