7 de septiembre de 2006
Humor
El Pipí
En tercero de primaria empezaron a darnos clases de sexualidad y a meternos todas esas cosas en la cabeza: pipí, esperma, óvulos. En un recreo me saqué a todos y metí gol. Nadie me quitaba el balón jugando y ahí empezó la historia.
Por: SoHo Un amigo dijo: "huy, marica, López es un espermita, nadie lo coge…". "Espermita, espermita, me empezaron a decir pues, como lo habíamos visto en un video, era una vaina que se movía muy rápido, era resbaladiza, nadie la paraba y llegaba Al gol.
Llegó quinto y yo como ‘Espermita‘. Nos cagábamos de la risa y yo no le veía misterio. En bachillerato ocurrió la metamorfosis. Estábamos de nuevo jugando fútbol y ‘Espermita‘ mutó. "Huy, marica, usted ya no es espermita, es todo un pipí", dijo un amigo. ‘Espermita‘ ya no era un puñado de espermatozoides, sino un portentoso pipí. Se regó el cuento y hasta el rector del Campestre supo de ‘el Pipí‘. Pasaron los cursos y la gente olvidó el origen del apodo. Todos preguntaban que por qué ‘el Pipí‘. Yo decía: "Sorpresa". Las niñas no paraban de decir: "Huy, el pipí, el pipí", y se empezaron a crear mitos. Decían: "Es que el de López es como el de un burro"… "Es que se comió a una profesora en un salón"…. "Eso es por la cicatriz de la frente que parece el orificio de un pipí"…
"Fue que lo vieron corriendo en bola por el patio del colegio…" Y todas diciendo: "Huy, voy a salir con ‘el Pipí‘". Intrigadas preguntaban por el origen de ‘el Pipí‘. Yo les decía: "Calma, ya lo conocerán". "Pero si tú no tienes cara de pipí…", insistían. A una llegué a inventarle que me iba a meter de actor porno y ese sería mi nombre artístico. La vieja no sabía si cogerme desconfianza o ir más allá y develar el misterio. Yo no era un simple pipí, era ‘El Pipí‘ y eso ayudó mucho con las viejas. Todo era con el pipí. Con las viejas: "¿Le saco al Pipí?", "¿te gustó el Pipí?" Jugando fútbol: "Se vino el Pipí", "ese Pipí no falla", "qué golazo el del Pipí", "saquen al Pipí", "metan al Pipí", "presione al Pipí", "duro con ese Pipí". Hubo derivaciones más soeces.
Para sacarme la piedra decían: "A ver, vergoncio, denle vergaminol a este pipí sin potencia". Otros de cariño me decían: "pips", "pipis" o, en el prom, "El Pipí elegantoso". Las mamás de mis amigos decían: "Hijo, no le digas así. Yo le voy a decir Juan Pablo".Yo contestaba: "Adrianita, dime como tú prefieras, como te sientas más cómoda, con ‘el Pipí‘ o con Juan Pablo". ‘El Pipí‘ se quedó en el colegio, pero, cuando tengo una novia le cuento mi historia para que no la cojan por sorpresa mis amigos diciéndole algo como: "¿Y dónde conociste al Pipí?".