Si no detecta las señales a tiempo puede que después sea muy tarde para arreglar la situación, ¡aprenda a prender sus alarmas!
Cuando se acerca el fin de una relación, comienzan a haber episodios que de alguna manera lo anuncian. No es que de un momento a otro la persona decida terminar e irse. Más bien tiene que ver con una variedad de señales que omitimos y no le damos la relevancia que merece.
De acuerdo con Lidia Alvarado, psicóloga y life coach, en entrevista con el portal ABC Familia, “dejamos de hacer esfuerzos y tratamos a la pareja diferente a como lo hacíamos al principio: pasamos por alto lo que antes nos entusiasmaba y ponemos el foco en lo que nos gusta menos; dejamos de estar presentes en la relación, dedicando más tiempo a otras cosas y no escuchamos ni atendemos a sus necesidades. Perdemos la emoción y la energía y esto afecta a la calidad de la relación”, indicó.
Empezando porque debería ser una regla de oro que las dos personas que conforman una pareja mantengan una actitud tolerante y no intransigente con los pensamientos del otro. No tener esa capacidad automáticamente estaría dejando su relación sin ningún futuro. Así que si observa que su pareja no soporta su manera de ver el mundo, encienda su primer alarma.
Pasa también que algunas veces, una de las partes, inicia la relación con una predicción negativa, es decir, sienten que se acerca una ruptura, que no lo van a querer, que no son suficientes, que le van a ser infiel y todos aquellos pensamientos se juntan y lo que hacen es darle ‘mal presagio’ a la relación que en muchos casos ni siquiera ha empezado. Si observa celos, desconfianza, discusiones y vigilancia, prenda su segunda alarma.
Sin dudar, tendrá que prender su siguiente alarma si comienza a tener desequilibrios sexuales con su pareja. Aunque puede pasar con casi todas las parejas, cuando uno de los dos se muestra completamente inflexible, sí o sí ocasiona malestar, rechazo y hasta presión por aquel que no quiere ceder.
Las señales son fáciles de reconocer, ya no hay besos, no se tocan las manos, no se abrazan, no comparten detalles o bromas y hasta parecen compañeros de piso. Su alarma sin duda debe estar muy encendida porque el fin de su relación se acerca. Todas esas características son necesarias para enfrentar un futuro, sin ellas, ¿para que intentarlo?
Esto usualmente ocurre cuando se está desesperado por estar con alguien, terminamos con personas que no nos agradan -lo suficiente- pero tenemos la esperanza de que funcione. Es decir, intenta que se vuelva más sensible, detallista, visionario y exitoso. El fallo está en que hacer esto puede llevar a frustraciones. Así que si observa que están intentando cambiar muchas cosas de su personalidad y modo de vivir ¡huya!